viernes, 9 de agosto de 2013

Neoliberalismo y Naturaleza (V) : TÓXICOS


Neoliberalismo y Naturaleza (V):

 Tóxicos

 Por Héctor Kol

Sinrepresassinsalmoneras.blogspot. com
Agosto 2013
 

La publicación del informe LA AGONÍA 2.0 del Programa Marino de la Fundación Pumalín, cuya distribución se inició a fines de Marzo de 2013, da cuenta no sólo del estado sanitario deplorable de la “exitosa”, fantasiosa y subsidiada Industria Salmonera, sino del empleo irracional de dos productos químicos peligrosos principales (antibióticos y pesticidas) para la supervivencia de los salmónidos en los canales y fiordos chilenos.

 El estudio muestra que la principal empresa salmonera mundial, MARINE HARVEST, de capitales privados noruegos, llegó a ocupar en Chile 36 mil veces más antibióticos por tonelada de salmón producida que lo que ocupa en Noruega gracias a que así se lo permitieron y permiten… las “normas chilenas”. Igualmente, en el estudio se muestra que el Estado chileno, a través de sus Servicios de Evaluación Ambiental (SEA) regionales, llega a aprobar el consumo de hasta 5 KILOS de antibióticos por tonelada de salmón producida, en contraste con los 0.02 GRAMOS de antibióticos que ocupa MARINE HARVEST para igual producción… pero en Noruega.

En el estudio de Fundación Pumalín, además, se exhiben mapas con la distribución de centros de engorda en las Regiones de Los Lagos y de Aysén donde se ocupan pesticidas SIN LIMITACIONES para combatir al Caligus rogercresseyi o “Piojo de mar”, un parásito propio del mar chileno que se ha convertido en el mejor defensor de la Patagonia marítima, devolviendo con intereses cada una de las agresiones salmoneras a nuestro mar austral.

 De acuerdo a la información entregada por SERNAPESCA a la organización conservacionista, a Diciembre del año 2012 más de 400 centros de engorda de salmónidos, principalmente en la Región de Aysén, se encuentran afectados de Caligidosis, es decir, con más de 6 piojos por salmón. Casi 200 de estos centros de engorda de “piojos de mar” han declarado el uso de los pesticidas Cipermetrina y/o Deltametrina, de efectos DESCONOCIDOS en el ambiente acuático intervenido por esta industria piojenta.

 Antibióticos y pesticidas son directamente vertidos al mar, disueltos en los alimentos que se suministra a los salmones cautivos. Entre el 90 y el 40% de los antibióticos que se suministran a los salmones cultivados, es desecho químico que se inyecta al medioambiente acuático. Mientras tanto, las aguas residuales de los “baños” con pesticidas a los que también se somete a los salmones cubiertos de “piojos de mar” difícilmente llegan a las plantas de tratamiento que exigen las normas de regulación ambiental de la acuicultura.

 Si tal desastre no le preocupa a las autoridades que deben velar por la salud humana en Chile, tampoco pareciera preocuparle a la pesca artesanal austral, que extrae y vende productos del mar con evidencias explícitas de los efectos, incluso en la merluza austral, de los químicos usados por la Industria Salmonera: en el estudio de la Fundación Pumalín, una foto muestra merluzas australes, capturadas en la Región de Aysén, de carne anaranjada por efecto del consumo de pellets de alimentos para salmones que contienen pigmentos para darle la tonalidad naranja al salmón de cultivo.

En otras palabras, el salmón chileno es como un chino colorín: está teñido
 
 
El impacto causado por el informe de Fundación Pumalín necesariamente debía ser respondido por Salmon-Chile, la agencia publicitaria que gestiona el tráfico de influencias que soporta a esta industria insustentable.

En una sola página, la agencia desacredita el informe señalando dos falsedades principales: que el Informe “La Agonía 2.0” carece de sustentación científica y que la industria salmonera chilena cumple, en sus operaciones productivas, con todas las normas sanitarias internacionales que le permiten entrar a más de 100 mercados mundiales sin restricciones.
 
Menos de un mes después de esta brillante y novedosa declaración de Salmon-Chile, el Estado Noruego publicó un informe oficial del Comité Científico Noruego para la Seguridad Alimentaria (VKM, siglas en nórdico) donde, explícitamente, recomienda que las mujeres embarazadas deben EVITAR COMER SALMÓN DE CULTIVO por los efectos dañinos para la salud de la mujer y del feto que puede representar este producto, manteniendo una precaución señalada por la Autoridad Noruega de Seguridad Alimentaria con anterioridad [1].

Igualmente, el informe de VKM recomienda que los niños y los jóvenes debieran  limitar el consumo de salmón cultivado a no más de dos veces por semana, también por los riesgos a la salud que un mayor consumo representa e incluso por efectos negativos sobre el coeficiente intelectual (IQ) de las personas en pleno desarrollo.
  

Así, un extenso artículo de la Revista FJORDS, fechado en Junio de 2013 y citando a otro reportaje de la revista francesa RUE 89, se refiere a los efectos peligrosos para la salud humana suficientemente documentados y denunciados por médicos y especialistas de países europeos con varios años de antelación a la publicación del Informe de VKM e incluso por las propias autoridades de salud de Noruega. Todas estas denuncias fueron desestimadas por el Ministerio de Pesca del país nórdico, tal como lo hace la Subsecretaría de Pesca chilena, también indiferente a la vida humana de sus propios ciudadanos.

En el reportaje francés se cita a numerosos especialistas y entre ellos a una bioquímica nórdica del laboratorio Bergen que señala:

 
"Los contaminantes que se encuentran en el salmón de piscicultura tienen efectos negativos en el desarrollo del cerebro y están asociados con el autismo, hiperactividad e inferior IQ.

Sabemos también que pueden tener un efecto negativo sobre el sistema inmunológico, el sistema endocrino y el metabolismo. También puede transmitirse a través de la lactancia materna...” [2]

 En síntesis, si el salmón cultivado noruego es así de peligroso, el producto chileno, que se obtiene siguiendo pautas y regulaciones inútiles, SIN SUSTENTACIÓN CIENTÍFICA ALGUNA y al margen incluso de la Ley de Pesca del propio Longueira, debiera ser una especie de arma de destrucción masiva que podría liquidar al ingenuo ser humano que se lo lleva a la boca, tal como ha liquidado Culturas, Comunidades costeras y la moral y la ética de organizaciones de pescadores artesanales, de pueblos originarios y de trabajadores que toman contacto con la Industria.

 Por otra parte, más de 600 denuncias que SERNAPESCA ha presentado en los Tribunales de Justicia en contra de empresas salmoneras que funcionan en Chile, violando cuanta norma existe para regular la gestión ambiental y  sanitaria de esta Industria tóxica, se encuentra procesando, hoy, el desinformado, injurioso y calumnioso Programa Marino de la Fundación Pumalín, en preparación de un segundo informe (“Sin Dios ni Ley”) que desmentirá lo aseverado por Salmon-Chile en su genial desmentido ya referido. Jamás la Industria salmonera ha respetado la Ley ni las normas asociadas a esta. JAMÁS…

 Y la reciente prohibición de ingreso a territorio estadounidense de un cargamento de salmones producidos por MARINE HARVEST en Chile, emitida por la FDA al detectarse en este la presencia del fungicida cancerígeno CRISTAL VIOLETA, sólo semanas después de conocerse el reportaje citado por FJORDS, viene a demostrar que el salmón de cultivo que se produce en Chile está lejos de ser el resultado de una acuicultura que sigue “los más estrictos parámetros productivos internacionales” como declara Salmon-Chile.

 En efecto, esta prohibición de ingreso, que el Subsecretario de Pesca Pablo Galilea (¿quién más podía ser?) ha querido comparar con el caso “uvas envenenadas” del tiempo de la Dictadura Militar, ha sido sólo la última denuncia del uso indiscriminado de productos tóxicos en la salmonicultura chilena [3].

 El Cristal Violeta ya había sido detectado en el año 2007 en brochetas de salmón que intentaron ingresar al Reino Unido y que habían sido preparadas en Tailandia con salmón producido en Chile. La presencia del cancerígeno fue justificada por SERNAPESCA como una contaminación cruzada producto del embalaje de las brochetas de salmón producido por MARINE HARVEST y AQUACHILE en los mares australes chilenos [4].

 Un año más tarde, la Oficina Federal de Alemania para la Protección a los Consumidores y Seguridad Alimentaria (BVL, siglas en alemán) detectó, en muestras de salmón producido en Chile, la presencia de residuos de varios químicos prohibidos en el Mercado Europeo. Entre ellos, residuos de Cristal Violeta, además de antibióticos y de un antiparasitario (abamectina) que es peligroso especialmente para el desarrollo de los niños eventualmente consumidores de salmón contaminado.

 Ante esta denuncia del organismo de salud alemán, SERNAPESCA señaló que el producto se había contaminado, esta vez, por suplementos alimenticios producidos en Brasil… Por su parte, Salmon-Chile declaró que “…La Industria permanentemente desarrolla efectivos controles de calidad orientados a cumplir con las diversas leyes de nuestros mercados de destino…” [5], negando, además, el uso del fungicida cancerígeno en la producción chilena de salmónidos. Lo mismito del año pasado….

Así, no sólo actúa “desinformadamente” y “sin fundamentos científicos” el Programa Marino de la Fundación Pumalín al hacer sus denuncias, sino también la VKM noruega, la FDA estadounidense, la BVL alemana y los servicios de salud pública del Reino Unido, además de la Canadian Food Inspection Agency (CFIA)  que ha rechazado, en años anteriores, el ingreso de salmón producido en Chile contaminado con otro fungicida cancerígeno (verde malaquita) y con pesticidas también peligrosos para la salud humana [6].

 TODAS estas agencias han encontrado, en el rico y teñido veneno que se produce en el Mar Patagónico chileno, residuos de químicos que NO se usan en Chile…

Un complot internacional, ciertamente, contra la “exitosa” Industria Tóxica.

 Héctor Kol
Patagonia Chilena
Sin Represas… Sin Salmoneras
Agosto de 2013.

 

[1] Norwegian Scientific Committe for Food Safety, 2013: “A comprehensive assessment of fish and other seafood in the Norwegian diet”. Página 139 y siguientes de la version impresa.
[2] Dra. Anne-Lise Bjorke Monsen, Laboratorio BERGEN. Citada por FJORDS, 19 de Junio, 2013.

[3] "Hay una mano negra para perjudicar a la industria".

El subsecretario de Pesca, Pablo Galilea, comparó el caso de salmones con rastros de cristal violeta en Estados Unidos con la crisis de las uvas envenenadas que vivió la industria local en 1989, también con el país del norte. Diario Pulso.cl, 22 de Julio, 2013.
[4]  Diario El Mercurio, 27 de  Febrero de 2007.
[5] Ecoceanos News, 10 de Octubre de 2008.
[6] Canadian Food Inspection Agency. Import Alert List Search Results, 5 de Abril de 2007.

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