En Septiembre del año 2007, apenas 3 meses después de que MARINE HARVEST-Chile (filial de PANFISH, Noruega) confesara que las grandes mortalidades de salmones que registraban en sus centros de producción ubicados en las Islas Chauques (X Región de Los Lagos, Chile) se debían a la presencia del virus ISA, el excéntrico Presidente de la agencia publicitaria Salmon-Chile, César Barros, aseguraba al Diario “La Estrella de Chiloé” que el evento viral ya estaba controlado: “…no se han detectado nuevos centros infectados y no ha habido más contagios…”.
La nota de prensa, por supuesto, se titulaba “Brote de virus ISA no provocó graves daños”
[1].
El tiempo y la Naturaleza (incontrolables para la red de influencias que ha tendido Salmon-Chile) se encargaron de desmentir, una vez más, a César Barros y al Diario mencionado.
En Enero de este año 2009 las imágenes de miles de salmones putrefactos flotando al interior de las balsas-jaulas de cultivo del centro “Repollal” de la empresa AQUACHILE, en Melinka (XI Región de Aysén) o dispuestos en mallas sobre los pasillos metálicos de este centro (ver Foto 1) comenzaron a dar la vuelta al mundo comunicándoles, a los desafortunados pueblos de la Tierra que aún consumen salmón chileno, que la “exitosa” industria del salmón en Chile no era sino un cadáver flotante.
Sólo una semana antes de la difusión de esas imágenes, el representante de Salmon-Chile en Aysén, Mark Buscaglia, afirmaba en el Diario “El Divisadero” de Aysén que “las comunas SALMONICULTURAS merecen respeto y atención…”
[2].
Los miles de salmones descompuestos mantenidos por AQUACHILE en sus instalaciones del centro “Repollal” de Melinka, contraviniendo todas las normas ambientales vigentes, han generado una contaminación biológica, química y posiblemente bacteriológica en cientos de kilómetros cuadrados de Repollal Alto y Bajo, a unos 9 kilómetros de Melinka, obligando a los recolectores de algas locales a suspender sus labores por temor a infectarse con las aguas del mar que les entregaba el sustento diario. Hoy, los algueros de Repollal, en carta dirigida al Intendente Regional de Aysén, solicitan ayuda en alimentos para las 23 familias que han quedado sin poder trabajar gracias a la “respetuosa” actitud que para con ellos ha tenido AQUACHILE:
“…El motivo por el cual no podemos trabajar es el problema de la empresa salmonera, ya que dejaron todas las aguas contaminadas y la única fuente laboral que teníamos era el cultivo de Algas y actualmente no se puede trabajar porque las aguas están contaminadas…”
(Carta de Lidia Chiguay, Presidenta Comité de Desarrollo Repollal Bajo, al Intendente Regional, Selim Carrasco. 23 de Enero, 2009).
La pesca artesanal austral, con mayor énfasis desde el año 2005 en adelante, ha manifestado constantemente que la Industria salmonera es una actividad INCOMPATIBLE con la pesca artesanal. Así lo planteó en Octubre del 2006 ante la Comisión de Pesca y Acuicultura de la Cámara de Diputados, entonces presidida por Patricio Vallespín (DC) y más recientemente lo señaló la AGO ante la Comisión de Medioambiente de la Cámara de Senadores, el 13 de Enero recién pasado.
Efectivamente, por una interpretación caprichosa de la Ley de Pesca y Acuicultura del año 1991, la pesca artesanal austral ha sido obligada a compartir el territorio marítimo que la propia Ley le reserva para su explotación (las Aguas Interiores del país) con una Industria que todos los días arroja al mar cientos de toneladas de alimentos artificiales para sus peces cautivos, alimentos llenos de antibióticos, pesticidas y colorantes en cantidades y concentraciones que no están limitadas por las normas vigentes, además de millones de litros de desinfectantes y pinturas antifouling que son tóxicos para el ambiente acuático, como el pesticida DELTAMETRINA y el desinfectante VIRKÓN-S.
Es decir, sólo porque al sur del paralelo 42, latitud Sur, el Estado chileno es un Estado Salmonero, se nos ha obligado a compartir territorio con una industria que envenena nuestros propios recursos y contamina el territorio que una ley dictada al norte de esta “frontera naranja”, nos reserva para su explotación
[3].
La permisividad extrema del Estado chileno para con esta Industria no sólo se refleja en el cobro de los miserables $ 7 por metro cuadrado de agua de mar que los salmoneros pagan en cada una de sus concesiones
[4], sino en el consumo ilimitado de antibióticos que realiza en Chile la salmonicultura intensiva, donde uno solo de los centros salmoneros que opera en el mar territorial chileno es capaz de administrar hasta 3 veces la cantidad de medicamentos que utiliza toda la industria salmonera noruega.
En Diciembre del 2008, la AGO de Pescadores Artesanales de Aysén ingresó a la Contraloría Regional de la República de Aysén una denuncia contra la Comisión Regional de Medioambiente (COREMA-Aysén) por la aprobación de un proyecto de ampliación de la producción del centro salmonero “Punta Ganso” de la empresa chilena LOS FIORDOS.
El principal argumento de la denuncia de la AGO era el consumo de antibióticos estimado a partir de lo declarado por la propia empresa. Así, la AGO estimó que para la aprobada producción de 4.500 toneladas anuales de salmones, la COREMA había aceptado que LOS FIORDOS, en este único centro, pudiera hacer uso de entre 1,5 y 4,3 toneladas de antibióticos al año, estos es, entre 2 y 7 veces el consumo total de antibióticos que registra toda la Industria salmonera noruega (600 kilos anuales)
[5].
Este consumo irracional de antibióticos, permitido por el Estado chileno, implica que un 70% de esta magnitud inconcebible de medicamentos, al ser administrados por “vía oral” (disueltos en los alimentos) se inyecta directamente al medio acuático, donde no sólo queda disponible para que sea consumido por la fauna acuática silvestre que explota la pesca artesanal, sino que además, al depositarse en el fondo marino, alteran profundamente las funciones de reciclaje de materia orgánica que cumplen las bacterias del sedimento
[6].
En otras palabras, por cada tonelada de antibióticos que se suministran en los alimentos a los salmones en Chile, unos 700 kilos se incorporan directamente en el medio acuático marino.
Si a ello se suman los 600 o 700 gramos de materia orgánica que se genera por cada kilogramo de alimento comercial (seco, en pellets) que se suministra a los salmones cautivos
[7], se obtiene una combinación fatal para los sistemas acuáticos intervenidos por la salmonicultura intensiva: la eutrofización de estos sistemas, un sobre-enriquecimiento en nutrientes y colapso de sus capacidades de absorción y reciclaje de materiales que terminan por liquidar toda posibilidad de vida acuática.
Así, en numerosos puntos de la X Región de Los Lagos, los mismos servicios públicos del Estado Salmonero que funciona en el Chile Austral han podido constatar la presencia de sedimentos “anaeróbicos” (con ausencia de oxígeno disuelto en el agua intersticial de los sedimentos) que les ha llevado a rechazar varias de las solicitudes de ampliación de producción que han extendido las empresas salmoneras, particularmente durante el año 2006, donde la COREMA-X Región rechazó el 50% de tales solicitudes, la mayoría de las veces tras constatarse el deterioro del sedimento marino bajo las balsas-jaulas salmoneras
[8].
El Mar Interior de Chiloé, uno de los 10 sistemas de “mares interiores” que restan en todo el planeta, manifiesta hoy elevados signos de deterioro ambiental como consecuencia de la existencia de normas ambientales que permitieron que la Industria salmonera se convirtiera en un Arma de Destrucción Masiva.
En el Estuario del Reloncaví, en Calbuco y en Dalcahue (Isla de Chiloé) centros salmoneros han presentado informes ambientales, elaborados por las propias empresas, donde se ha manifestado tal condición de deterioro del sedimento marino. Eutrofización de los lagos de la Isla de Chiloé, como Natri y Tarahuín, se han denunciado desde fines de los años ’90… y allí continúan operando balsas-jaulas salmoneras.
El Fiordo Reñihué (Chiloé Continental, X Región) exhibe un deterioro progresivo de su condición ambiental, con ausencia de oxígeno ya en los primeros 3 centímetros de profundidad en su sedimento y con una pérdida avanzada de su diversidad biológica, acercándose a la condición ya terminal del Fiordo Pillán, ubicado en el saco del Reñihué, donde la vida acuática prácticamente ha desaparecido
[9].
En un informe por publicar, la Universidad Austral de Chile ha constatado el mismo nivel de deterioro ambiental a lo largo del Estuario del Reloncaví, sistema intervenido por la salmonicultura intensiva en los últimos 20 años, donde un estudio desarrollado por el académico Sandor Mulsow ha calificado a varias de las estaciones de muestreo del sedimento en condición de “stress ambiental”
[10].
En el Estuario del Reloncaví, además, la Fundación OCEANA-Chile constató la presencia de antibióticos en muestras tomadas a peces silvestres que son explotados por la pesca artesanal
[11]. Róbalos, cabrillas, sardinas y pejerreyes se alimentan de los pellets de alimentos medicados que se suministran a los salmones cautivos, haciendo que la producción tradicionalmente “orgánica” de la pesca artesanal, que para su producción no usa medicamentos, ni pesticidas ni pinturas anti-fouling, ahora sea tan artificial como la producción salmonera intensiva y quizás si hasta esté “vectorizando” la contaminación química que genera la Industria salmonera.
La destrucción de los bancos naturales en el borde costero que rodea al Mar Interior de Chiloé ha sido denunciada por la pesca artesanal desde mediados de los años ’90, sin importarle a un Estado que siguió autorizando la instalación de balsas-jaulas salmoneras sobre los bancos naturales de recursos bentónicos, con la excusa de que el término “banco natural” NO ESTABA DEFINIDO EN LA LEY.
La destrucción es casi total en los bancos naturales de Chiloé Continental e Insular, principalmente por las descargas de materia orgánica sobre ellos (heces de salmones y alimentos no-digeridos).
Sin embargo, la situación que hoy se vive en Repollal Alto y Bajo, en las cercanías de Melinka, es la más clara demostración de la INCOMPATIBILIDAD entre la pesca artesanal y la salmonicultura intensiva.
Sólo uno de los centenares de centros salmoneros que aún sobreviven a la epidemia del virus ISA ha provocado la destrucción de decenas de kilómetros cuadrados de bancos naturales de recursos bentónicos que eran explotados por la pesca artesanal y que, además, eran el alimento diario de las familias del sector.
En las Fotos 2 y 3 se muestra la mortandad de recursos bentónicos (erizos, jaibas, almejas, algas y mitílidos) que el Programa Salmonicultura de la AGO detectó en la costa oeste de Repollal Alto, a unas dos millas náuticas del centro “Repollal” de AQUACHILE.
En las Fotos 4 y 5, se muestra similar mortandad de recursos bentónicos (principalmente mitílidos) en la costa opuesta, a una media milla náutica del centro salmonero de AQUACHILE, la empresa que se ufana de ser la tercera productora mundial de salmones y truchas.
Nada ha sobrevivido a la contaminación química que ha generado la crisis sanitaria que provocó AQUACHILE en un centro de producción que durante semanas ha usado como vertedero flotante de cadáveres de salmones.
Ninguna otra industria opera en el sector, a nadie más se le puede culpar de esta destrucción, Salmon-Chile no tiene cómo encubrir ahora a una de sus empresas asociadas, tampoco SERNAPESCA o la COREMA-Aysén…
Ahí están, en miles de ejemplares de nuestros recursos bentónicos, de la base de sustentación de una Cultura, las pruebas, las evidencias de cuan incompatible es la salmonicultura intensiva con nuestra actividad pesquera artesanal, de todo lo tóxica que puede ser la producción intensiva de salmones y también el desafío para las ONGs ambientalistas que siguen tratando de hacer “sustentable” a esta industria que genera un salmón que es el resultado de una reacción química, antes que una producción animal.
Es a esta industria tóxica que el Estado Democrático le quiere regalar las aguas interiores reservadas a la Pesca Artesanal. Esta es la Industria que se financia con cientos de millones de dólares de fondos públicos entregados, incluso, como “fondos no-retornables” por la generosa CORFO; esta es la Industria que el Senador Escalona y el Diputado Galilea quieren salvar aunque el mar chileno sea hipotecado ante la Banca Privada…en manos de Capitales extranjeros.
Cuando la AGO manifestó ante la Comisión de Medioambiente del Senado, presidida por el Senador Nelson Ávila, que su tarea para este año era lograr la erradicación de esta industria tóxica desde nuestro territorio marítimo, el señor Subsecretario de Pesca, Jorge Chocair, nos pidió tener “altura de miras” para tratar este tema y que consideráramos los miles de empleos que genera la Industria salmonera….Ya sabemos QUIÉN paga los sueldos de los trabajadores salmoneros y QUIÉN pagará sus finiquitos cuando se masifiquen aún más los despidos… No serán ciertamente, los dueños de las empresas salmoneras, sino todos los chilenos, como han sido todos los chilenos los que hemos pagado el sueldo-base de los trabajadores de una Industria que ni eso es capaz de pagar.
Nunca hemos dejado de tener “altura de miras” para tratar este tema, por eso hemos ganado espacios radiales y en la prensa escrita, en las comisiones parlamentarias y especialmente en la opinión pública nacional e internacional, sin tener que invertir en propaganda para ello ni organizar seminarios internacionales (pagados también por el Estado) para lograrlo. No necesitamos una “Bancada de la Pesca Artesanal” en el Congreso para hacernos escuchar allí, ni para que compita con la “Bancada Salmonera” que efectivamente existe en el Poder Legislativo.
Si alguien ha tratado con seriedad este tema, ha sido la Pesca Artesanal. Los servicios públicos siguen entregando concesiones a esta industria a pesar de las evidencias de los daños ambientales, de la muerte de decenas de trabajadores, de las ilegalidades diarias que comete la Industria símbolo de la imagen-país que también hemos financiado todos los chilenos, aunque sus beneficios son sólo para los exportadores: basta alejarse dos kilómetros de Melinka para quedar incomunicado, sin agua potable y sin electricidad.
Si tener “altura de miras” significa hacerse el ciego, sordo y mudo (y todo al mismo tiempo, como ocurre con los servicios públicos y sus Directores y Subsecretarios) por supuesto, Jorge Chocair tiene razón: no tenemos “altura de miras” y nos alegramos por ello. Jamás haríamos vista gorda ante la discriminación a la mujer embarazada, ni usaríamos pesticidas cancerígenos para sacarle los piojos a nuestra producción. No queremos obligar a nuestra gente a zarpar en condiciones de “puerto cerrado” por las malas condiciones climáticas ni obligaríamos a nuestros buzos a sumergirse a 50 metros de profundidad.
No fue la Pesca Artesanal la que en el año 2006 fue sometida a investigación parlamentaria por sus malas prácticas laborales y ambientales. Fue la Industria Salmonera.
No nos interesa, en definitiva, ser la base de la “imagen-país” de un Estado decidido a hacer pedazos el territorio marítimo sobre el que ejerce soberanía. Nos conformamos con ser la Gente Libre a Mar Abierto, que no habla inglés, pero que a diario convive armónicamente con una Naturaleza que, ante la “altura de miras” del Estado y sus servicios, es destrozada por una industria agónica, que nunca justificó su presencia en el territorio marítimo reservado POR LEY para la Pesca Artesanal.
De allí, entonces, de ese Mar que nos forjó como Cultura y del que hemos vivido por milenios, tendrá que salir, con o sin “altura de miras”, una Industria que se ha convertido en una amenaza, en un Arma de Destrucción Masiva capaz de provocar las catástrofes que hoy se sufren en Repollal.
Héctor Kol
Programa Salmonicultura
A.G. Pescadores Artesanales de Aysén (AGO)
Melinka, Región de Aysén, Febrero del 2009.[1] Diario La Estrella de Chiloé. 26 de Septiembre, 2007.
[2] Diario “El Divisadero”. 24 de Diciembre, 2008.
[3] Ley General de Pesca y Acuicultura, 1991: Artículo 47.- Resérvase a la pesca artesanal el ejercicio de las actividades pesqueras extractivas en una franja del mar territorial de cinco millas marinas medidas desde las líneas de base normales, a partir del
límite norte de la República y hasta el paralelo 41º28,6' de latitud sur, y alrededor de las islas oceánicas121-
122.
Resérvase también a la pesca artesanal, las aguas interiores del país.
[4] Ver Héctor Kol, Diciembre del 2008: “Mar chileno Austral: P’a los regalones”. Disponible en
http://www.patagonjournal.com/index.php?option=com_content&view=article&id=140%3Acomentario-invitado-mar-chileno-austral-pa-los-regalones&catid=46%3Anoticias&Itemid=85&lang=es[5] AGO, 2008: Presentación a la Contraloría Regional de la República-Aysén contra COREMA-Aysén por aprobación de ampliación de centro de engorda “Punta Ganso”, Canla Puyuhuapi, Puerto Cisne, Región de Aysén.
[6] Austin, B.; 1993: “ Environmental Issues in the control of bacterial diseases of farmed fish”. In: Environment and aquaculture in developing countries. Edited by RSV Pullin, H. Rosenthal and J.L. Maclean. Int. Center for Living Aq. Res. Man. (ICLARM). 1993, pp 237-251.
[7] Bergheim, A. and Sivertsen, A., 1981: “Oxygen consuming properties of effluents from fish farms”. Aquaculture 22 (1981): 185-187. Ver también Bergheim, A. and T. Asgard, 1994: “Waste production from Aquaculture”. In: Aquaculture and water resources management. D.J. Baird; M. Beveridge, L. Kelly and J. Muir Editors. 1994.
[8] Ricardo Norambuena, Subsecretaría de Pesca. Diario “El Llanquihue”, 4 de Enero, 2007.
[9] Mulsow, S.; Krieger, Y. Y Kennedy, R.; 2006: Sediment profile imaging (SPI) and micro-electrode technologies in impact assessment studies: Example from two fjords in Southern Chile used for fish farming. Journal of Marine System, 62 (2006): 152-163.
[10] Mulsow, S. (Universidad Austral de Chile), 2008. Progress Report, Estuario del Reloncaví. Estudio en elaboración.
[11] Fortt, A., 2007: “Uso y abuso de antibióticos en la salmonicultura”. Fundación OCEANA-Chile, Documento 23, Enero 2007.