SALMONICULTURA INTENSIVA EN ÁREAS MARINAS PROTEGIDAS
DEL ESTADO: ¿UNA CONTRADICCIÓN VITAL?
Por Héctor Kol
Asesor Acuícola
Programa Marino CODEFF
Para IMPAC4- Chile 2017.
Nuestros antecesores han expuesto acerca de la
importancia y viabilidad de aplicación del principio “Precautorio” para
detener, corregir o denunciar proyectos de inversión con un impacto ambiental
que puede ser irreversible o imposible de mitigar.
Por supuesto, en la institucionalidad chilena está
presente el “Principio Precautorio” en la Ley de Bases del Medioambiente, así
como otros “principios” universales propios del Modelo de Desarrollo
Sustentable al que aspiran o dicen aspirar nuestros Estados.
Para CODEFF, nos resulta entonces inexplicable que en
el Sur de Chile, en la Patagonia chilena, ocurran tantas desgracias y desastres
ambientales protagonizados por la Industria Salmonera.
Si el Estado chileno ha adherido al Modelo de
Desarrollo Sustentable, donde el “Principio Precautorio” es una de sus piedras
angulares, ¿cómo es que tenemos centros de engorda de salmónidos obteniendo
producciones en sitios donde las Capacidades de Carga son DESCONOCIDAS? ¿Cómo,
entonces, el Estado permite que para el control de múltiples enfermedades
virales, bacterianas y parasitarias que afectan a la Industria Salmonera que
opera en Chile, se usen productos químicos en cuyas fichas técnicas o de
seguridad, se señala, EXPLÍCITAMENTE, que son peligrosos para el ambiente
acuático? ¿Por qué NO HAY limitaciones al uso de antibióticos en la
salmonicultura chilena y sólo se regula la presencia de trazas de
antimicrobianos en el producto final?
A este, nuestro Estado chileno, ¿de verdad le
preocupa la aparición de cepas bacterianas multi-resistentes a los antibióticos
en los sedimentos marinos que reciben alimentos para salmones CON antibióticos,
resistencias que pueden ser transferidas a bacterias causantes de enfermedades
humanas?. Y si al Estado chileno de verdad le preocupa, ¿entonces por qué no
aplica el “principio precautorio” y prohíbe la administración de medicamentos
disueltos en los alimentos para salmones, que si no son digeridos, quedan
disponibles también para las especies acuáticas silvestres, peces y
filtradores, que también se consumen y sin test para detectar trazas de
medicamentos?
Nuestra tesis es que no bastan sólo las leyes y
reglamentos existentes y por crearse para la regulación y control de la
Industria Salmonera. Lo principal es que exista un Estado y servicios estatales
(servicios públicos) dispuestos a hacerlos cumplir para que no se intensifiquen
los daños que relataremos a continuación.
En Chile, un centro de cultivo autorizado para
producir intensivamente (es decir, con administración de alimentación
artificial) 400 toneladas/año de salmónidos, puede obtener autorización para producir
5 mil toneladas/año de salmónidos sólo presentando un formulario, en el
mismo espacio y en total ausencia de estudios de “capacidad de carga” del sistema intervenido, es decir, en total
desconocimiento acerca de las capacidades de absorber, degradar o al menos
diluir y dispersar los cientos de toneladas de materia orgánica de desecho que
se depositan en los sedimentos marinos bajo las balsas-jaulas. Y en total
ausencia, por lo demás, de la aplicación del “principio precautorio” contenido
en la institucionalidad ambiental chilena.
Es el caso que muestra la DIAPO 1, en un conjunto de
concesiones acuícolas de la empresa salmonera VENTISQUEROS (de capitales
alemanes) que se ubican en el Canal Cholgo, Comuna de Hualaihué, Región de Los
Lagos, en la Patagonia chilena.
Cada una de estas concesiones tiene una superficie de
9 hectáreas
y se distribuyen en un espacio de apenas 34 hectáreas , como
muestra la DIAPO 2. En Chile, las concesiones acuícolas se otorgan en unidades
de superficie aunque lo que se ocupa para la crianza de peces son VOLUMENES.
Hasta marzo de 2012, los centros de engorda que operaban
estas concesiones acuícolas tenían autorizada una producción conjunta de 970,2
toneladas/año de salmónidos. A partir de esa fecha, sin estudios de capacidad
de carga de por medio, sin aplicación del Principio Precautorio incluido en la
institucionalidad chilena, estos centros de engorda están autorizados para
producir, en conjunto, 15 MIL TONELADAS/AÑO DE SALMÓNIDOS, esto es, 15 veces
más que lo originalmente autorizado… sin una sola evidencia de la capacidad de
este espacio para soportar las descargas orgánicas y de residuos de productos
químicos propias de tamaña producción.
Así, esta total displicencia y descuido del Estado
chileno por salvaguardar la integridad ambiental de los sistemas acuáticos
intervenidos por la Industria Salmonera, esta total ausencia de estudios de
Capacidades de Carga y total indiferencia por la aplicación del Principio
Precautorio contenido en una institucionalidad ambiental QUE NO FUNCIONA cuando
de la salmonicultura se trata, ha generado que decenas de sitios de mar y lagos
de la Patagonia presenten condiciones “anaeróbicas” en donde operan centros de
producción intensiva de salmónidos.
La Ley General de Pesca y Acuicultura chilena señala
a la “condición anaeróbica” como una condición en la que no es posible la vida
acuática y ordena se reglamenten las medidas de protección para que los establecimientos de acuicultura
operen según las capacidades de carga de los sistemas acuáticos intervenidos:
“…Artículo 87.- Por uno o más decretos supremos expedidos por
intermedio de los Ministerios de Economía, Fomento y Reconstrucción y del Medio
Ambiente, previo informe técnico fundado de la Subsecretaría y previa consulta
a la Comisión Nacional de Acuicultura y al Consejo Zonal de Pesca que
corresponda, se deberán reglamentar las medidas de protección del medio
ambiente para que los establecimientos que exploten concesiones o
autorizaciones de acuicultura operen en niveles compatibles con las capacidades
de carga de los cuerpos de agua lacustres, fluviales y marítimos, que asegure
la vida acuática y la prevención del surgimiento de condiciones anaeróbicas en
las áreas de impacto de la acuicultura…”
Resulta OBVIO que para reglamentar la
operación de instalaciones de acuicultura de acuerdo a las capacidades de carga
de los sistemas acuáticos donde se ubican, es IMPRESCINDIBLE determinar cuál es
esa “capacidad de carga”, es decir, es necesario realizar los estudios que sustenten
los reglamentos y medidas que hasta hoy se basan únicamente en la
prehistórica ideología de la “infinitud
de los recursos”.
Como lo hemos señalado, esos “estudios” NO EXISTEN
para ninguno de los sistemas intervenidos por la Industria Salmonera en Chile y
recientemente, el servicio público encargado de la regulación de la actividad
acuícola en Chile, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA) nos ha
señalado que no se sienten obligados a hacerlos:
Y los resultados de esta interpretación de la Ley de
Pesca que hace la SUBPESCA se muestran en esta Diapositiva 4 para la Región de
Los Lagos y su Mar Interior de Chiloé.
Decenas de centros de producción de salmónidos han
generado en lagos, fiordos y canales de esta Región, que generaba el 70% de los
productos del mar que consumían los chilenos, condiciones donde la vida
acuática es imposible, es decir, condiciones “anaeróbicas” en el periodo 2010 a
2015, según la información que provee una oficina estatal, el Servicio Nacional
de Pesca y Acuicultura, SERNAPESCA.
Entre estos sectores, el Fiordo Comau, cuyo valor
biológico y ecosistémico se ha degradado de una manera acelerada, como lo
reporta la Fundación Huinay también presente en este evento.
Mientras tanto, para mantener a los salmones con
vida, las empresas salmoneras deben suministrarles oxígeno a través de
estaciones de oxigenación como la que muestra la fotografía de la Diapo 5,
correspondiente a un centro de engorda de la empresa Marine Harvest en el
Estuario del Reloncaví, Región de Los Lagos. No hay suficiente oxígeno disuelto
en la columna de agua en el Estuario del Reloncaví como para mantener con vida
a los miles de peces cautivos de los centros de engorda de salmónidos.
Ciertamente, las salmoneras han creado condiciones
ambientales donde la vida acuática es imposible gracias a reglamentos y medidas
elaborados sólo en base a supuestos.
La Región de Aysén, donde CODEFF desarrolla su labor
en defensa del Mar Patagónico, no ha escapado a la indiferencia del Estado por
preservar su ambiente marino.
Desde inicios de los años ’90, la Industria Salmonera
ocupó la Región de Aysén a lo largo y ancho de esta, sin restricciones, sin
precaución alguna y sin estudios de capacidad de carga, hasta llegar a la situación
que muestra esta Diapositiva, con una numerosa presencia de centros de engorda
en la Reserva Nacional Las Güaitecas, área protegida del Estado.
Aunque en la Región de Aysén existe una Zonificación
del Uso del Borde Costero culminada en el año 2005 y donde se establecieron
amplios sectores de protección y preservación ambiental en el Mar de Aysén,
nunca fue considerada para limitar la ocupación de estos sectores por la
Industria Salmonera.
La “institucionalidad ambiental” chilena no contempla
estos procesos de ordenamiento marítimo en sus procesos de evaluación del
impacto ambiental de los proyectos salmoneros y la misma Política Nacional de
Uso del Borde Costero es sólo eso: una declaración de buenas intenciones. Ni
siquiera es una Ley…
Y los resultados de esta ocupación incluso de sitios
seleccionados para fines de conservación, no podían ser distintos a los que ya
mostramos en la Región de Los Lagos.
En el periodo 2010 a 2015, decenas de centros de
producción de salmónidos ubicados en esta Región han generado condiciones donde
la vida acuática es imposible, incluso en áreas protegidas del Estado, es
decir, en sectores bajo protección oficial, como lo es la Reserva Nacional Las Güaitecas,
el Santuario de la Naturaleza Estero Quitralco y las aguas interiores del
Parque Nacional Isla Magdalena.
También en sectores de interés para la creación de
áreas marinas protegidas, como Rada Palena y Seno Melimoyu, han proliferado los
puntos donde las salmoneras han colapsado el sistema marino.
La Región de Magallanes no escapa a esta situación de
colapso ambiental y ya en el año 2014 REAL-Chile denunció la aparición de
condiciones anaeróbicas en numerosos centros de engorda de salmónidos emplazados
en el Estero de Poca Esperanza, al sur de la ciudad de Natales. Varios de ellos
generaron el colapso ambiental tras su primera producción de salmónidos.
La generación masiva de condiciones “anaeróbicas” por
las descargas derivadas del proceso de engorda de salmónidos se complementa con
un número aún mayor de centros que están afectados por enfermedades de todo
tipo, todas ellas obligando a la aplicación de antimicrobianos, pesticidas o
desinfectantes para su control.
En los sitios de mar, la principal enfermedad en
cuanto a las mortalidades que provoca (un 30% de la producción anual) es el
Síndrome Rickettsial del Salmón (SRS) de origen bacteriano y que induce a la
aplicación de antibióticos a tasas que con justa razón se considera irracional.
La DIAPO 9 muestra el consumo de antibióticos (gramos
de principio activo por tonelada de salmón producida) que Marine Harvest
declara, en su Reporte Anual 2015, para sus distintas unidades de producción en
el mundo para el periodo 2010 a 2015. Como se aprecia, Chile es la unidad con
un consumo absolutamente ajeno al resto de las unidades que Marine Harvest
mantiene en el mundo.
Pero la misma empresa ha declarado consumos de
antibióticos aún superiores en sus unidades en Chile, en años de grandes crisis
sanitarias.
Esta Diapo corresponde al Reporte de Sustentabilidad
2008 de esta empresa, donde se señala que mientras la unidad noruega consumió 0,02 gramos de
antibióticos (principio activo) por cada tonelada de salmón producida en
Noruega el año 2007, el mismo año la unidad chilena consumió 732 gramos por tonelada
de salmón, es decir 36 MIL VECES MÁS…para igual producto…en la misma
empresa.
La Industria Salmonera que opera en Chile se defiende
de las acusaciones de irracionalidad en su consumo de antibióticos alegando que
en Noruega no existe el SRS, cuyo combate concentra el 90% del consumo de
antimicrobianos… Pero lo que no señala la Industria es que el SRS llegó con
ella… Es decir, que no había SRS en Chile porque, precisamente, no había salmoneras…
Y este consumo irracional de medicamentos se extiende
a lo largo y ancho del Mar de la Patagonia chilena y en especial en Aysén,
donde se obtiene la mayor parte de la producción chilena de salmón.
La Diapositiva muestra los centros afectados por SRS en
el mar de Aysén al año 2010, donde 52 centros de engorda declararon la
presencia de SRS en sus cultivos. Al año 2013, el número de centros de cultivo
ubicados en Aysén y afectados por SRS, se había CUADRUPLICADO, como muestra la
Diapo 10. Finalmente, en el año 2015, la cantidad de centros de engorda de
salmónidos con presencia de SRS alcanzaba a 221, más de 100 de ellos en la
Reserva Nacional Las Güaitecas y cerca de 40 en las aguas interiores y canales
adyacentes del Parque Nacional Isla Magdalena.
El SRS es sólo una de las enfermedades que induce al
uso de productos químicos dañinos o peligrosos para el ambiente acuático en la
Industria Salmonera que opera en Chile.
La infestación por el piojo de mar (“sea lice”) Caligus
rogercresseyi parece incontrolable para la Industria y volúmenes no
determinados, ni controlados de pesticidas como CIPERMETRINA y DELTAMETRINA se
usan para su control.
La infestación por Caligus sp se conoce como
“Caligidosis” y la DIAPO 14 muestra la distribución de los 233 centros de
engorda de salmónidos que declararon infestación en la Región de Aysén en el
año 2014. Como se aprecia en esta DIAPO, la mitad de estos centros infestados
se ubicada dentro de la Reserva Nacional Las Güaitecas.
La DIAPO 15 muestra los 148 centros de engorda que en
el año 2014 declararon uso de los pesticidas CIPERMETRINA y/o DELTAMETRINA en
el control de Caligidosis al 2014. La mayor parte de los centros donde se
aplicaron estos productos se encuentran en la Reserva Nacional Las Güaitecas.
La aplicación de pesticidas se realiza
mayoritariamente por “baños”, es decir, mediante la inmersión de los peces en
bateas con una solución de pesticidas. La cantidad de baños, la concentración
del producto y el destino de las aguas residuales de estos tratamientos es una
información no disponible para el conocimiento público, pero una noticia
aparecida en la revista AQUA respecto a un nuevo producto del Laboratorio
Bayer, que tiene como principio activo el pesticida AZAMETIFOS:
“…Desde Bayer destacaron que de los 701
tratamientos con azametifos realizados en Chile entre marzo de 2013 y 2014
para 252 centros de cultivo, el 70,6% ha tenido entre uno y tres baños;
el 23,6% entre cuatro y seis baños; el 4,4% entre siete a nueve baños, y el
1,2% entre diez a más baños…”
(Revista AQUA, 14 de abril de 2014)
En consecuencia, cada centro de engorda de salmónidos
ubicado en el Mar de la Patagonia, no es sino un foco infeccioso activo o
posible, que no solo demuestra la inviabilidad e insustentabilidad ambiental de
esta Industria y la permisividad del Estado para tolerar aún su existencia,
sino que también pone en duda la
viabilidad de proyectos de creación de áreas marinas protegidas manteniendo en
su espacio de interés estos focos infecciosos.
Centros de Engorda operando fuera de concesiones
otorgadas. Caso Estero Quitralco
El trabajo de monitoreo de esta actividad productiva
que realiza CODEFF en la Región de Aysén, principalmente, aborda también las
infracciones reiteradas de esta Industria a una reglamentación y regulación
cuyas deficiencias y debilidades hemos expuesto, infracciones que también se
cometen en áreas protegidas de Estado y que hemos denunciado recientemente para
el caso del Estero Quitralco, donde, entre otras cosas, los centros de engorda
han operado por años fuera de las concesiones acuícolas otorgadas aun cuando la
Ley General de Pesca y Acuicultura señala, explícitamente, que las operaciones
de acuicultura sólo pueden realizarse dentro de las concesiones acuícolas
(superficies de mar y de fondo) otorgadas.
El 7 de noviembre de 1996, bajo el Gobierno de
Eduardo Frei Ruiz-Tagle, el Ministerio de Educación promulgó el Decreto Exento
Nº 600 que declaró al Estero Quitralco (Comuna de Aysén, Región de Aysén) como
“Santuario de la Naturaleza”, en razón de una especial preocupación del
gobierno de la época por la “mantención y el resguardo de las especiales
características ambientales” de este fiordo y que se describen en el
Decreto citado[1]:
“…En dicho estero existe una serie de especies de
fauna y avifauna, tales como la garza cuca, el gato huillín, el pato lile, el
pato vapor y ocasionalmente toninas y cetáceos, para quienes es vital la
conservación de su ecosistema…”
La Diapo 16 muestra una imagen satelital que
demuestra que dos centros de engorda de salmónidos que operan concesiones
acuícolas otorgadas a la empresa ACUINOVA (hoy, operadas por Marine Harvest)
excedieron con sus estructuras de cultivo (“cages” o balsas-jaulas) los límites
de la concesión acuícola correspondiente, representadas por polígonos rojos.
Como se muestra en el recuadro de esta Diapositiva, es físicamente imposible
que las estructuras de cultivo dispuestas por la empresa ACUINOVA RNA 110108
quepan dentro del espacio concedido.
La Diapo 17 corresponde a una captura de pantalla del
mapa oficial de concesiones acuícolas (“Visualizador de Mapas”) que publica la
Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA). Como muestra la imagen, obra
en poder de este servicio estatal la información visual que da cuenta de estas
operaciones ilegales del centro de cultivo RNA 110108, donde probablemente se
obtenga más producción de la autorizada dada la cantidad de balsas-jaulas
“extras” que ocupa.
La Diapo 18 muestra dos centros de engorda de
salmónidos, ubicados también dentro del Santuario de la Naturaleza que ubicaron
sus estructuras de cultivo a más de 300 metros FUERA de las concesiones acuícolas
otorgadas.
La Diapo 19 que observan también corresponde a una
captura de pantalla de la información oficial sobre concesiones acuícolas que
obra en poder de SUBPESCA. Como pueden apreciar, este servicio estatal tiene
una información que le señala que en este centro de engorda, ubicado en un
Santuario de la Naturaleza, estructuras de cultivo operan FUERA de la concesión
otorgada, en una abierta infracción a la legalidad vigente.
CODEFF ha denunciado al menos 50 centros de engorda
que operan fuera de sus concesiones en áreas protegidas del Estado, como Estero
Quitralco, la Reserva Nacional Las Güaitecas y en los canales adyacentes al
Parque Nacional Isla Magdalena.
Pero también lo ha hecho en sitios que entendemos,
son de interés para el establecimiento de áreas marinas protegidas del Estado,
como es el Caso de Rada Palena- Bahía Añihué.
En Bahía Añihué, en el límite norte continental de la
Región de Aysén, la empresa AQUACHILE tiene tres concesiones acuícolas operadas
por los centros de engorda de salmónidos RNA 110402, 110407 y 110412. Todas
ellos han operado FUERA de sus concesiones acuícolas, obteniendo producciones
que debieron ser incautadas por los servicios fiscalizadores de la actividad
acuícola.
La DIAPO 20 muestra como AQUACHILE ubicó la totalidad
de sus estructuras de cultivo fuera de la concesión acuícola otorgada a más de 140 metros al sur de
esta. La DIAPO 21 muestra el centro de engorda RNA 110407 operando, también,
completamente fuera de la concesión otorgada.
Finalmente, la Diapo 22 muestra que AQUACHILE RNA
110412 cumple con la las disposiciones de la Ley de Pesca sólo… en la medida de
lo posible…
Todos estos casos han sido denunciados por CODEFF a
los organismos estatales correspondientes, sin respuesta hasta hoy. Pero además
de la responsabilidad del Estado en este encubrimiento a operaciones salmoneras
ilegales en sitios o sectores que están bajo su protección, también está la
irresponsabilidad de Fundaciones y organizaciones medioambientales que se prestan para que
estas operaciones ilegales se realicen, si tienen éxito en sus propuestas, en
sitios protegidos, como Áreas Marinas Protegidas similares a la que se pretende
instalar en este sector de la Región de Aysén donde operan al menos tres
centros de engorda ILEGALES.
Estas infracciones reiteradas, así como las distintas
enfermedades que afectan a la Industria Salmonera que opera en Chile, son una
señal que pone en duda la viabilidad de proyectos de creación de áreas marinas
protegidas que mantendrían a estas instalaciones dentro del espacio marino a
proteger.
Si la Industria Salmonera ya se comporta al margen de
las leyes y reglamentos incluso en sectores ya considerados como áreas
protegidas del Estado, ¿qué les impediría seguir infraccionando las normas ante
la imposibilidad de los propios servicios estatales fiscalizadores de realizar
inspecciones sorpresivas o sin aviso previo, ante la carencia de embarcaciones
para navegar o ante la misma tolerancia de estos servicios para permitir sobre- producciones de salmónidos u
operaciones ilegales, fuera de las concesiones otorgadas?
¿Existe una fórmula para evitar que eso suceda dentro
de estos sectores ya protegidos y aquellos, como la Bahía Añihué, que se quiere
proteger? ¿De qué manera se quiere solucionar el estado permanente de crisis
sanitaria que afecta a la Industria salmonera y que aquí hemos mostrado?
¿Se puede asegurar que en los sectores marinos que se
busca proteger, ya no habrá infestación por Cáligus, ni infecciones por SRS, ni
uso de antibióticos, pesticidas y desinfectantes tóxicos o peligrosos para el
ambiente acuático?
Hemos venido a exponer una mínima parte de los antecedentes
e investigaciones que hemos realizado y de las denuncias que hemos formulado
ante el mismo Estado y sus servicios que fundamentan las interrogantes
planteadas.
Esperamos que estos antecedentes sean considerados a
la hora de que organizaciones con las que compartimos el mismo interés de
protección del medio acuático marino, decidan mantener o no, dentro de los
sectores que promueven como áreas marinas protegidas, las operaciones de una
Industria Salmonera que no tiene por objetivo la protección del mar, ni puede
controlar sus distintas epidemias, como
creemos haber demostrado.
Dejamos, finalmente, para la discusión y el debate
una eventual resolución a esta contradicción que nos parece evidente entre
Salmonicultura Intensiva y protección del medioambiente marino.
Muchas Gracias.
Héctor Kol
Programa Marino CODEFF
Para IMPAC4
La Serena, Chile, Septiembre de 2017