Globalismo y Naturaleza: N°3- 2024
LEY DE PESCA: DE LA LEY “LONGUEIRA” A LA “LEY
ZALAQUETT”.
Por Héctor Kol
Para sinrepresassinsalmoneras.blogspot.com
Enero de 2024.
La Ley de Pesca y Acuicultura vigente, nacida en 2012 bajo una
corrupción transversal del Parlamento chileno, se conoce como “Ley Longueira”
dado el rol fundamental que, en su elaboración y negociación, cumplió el
entonces Ministro de Economía, Pablo Longueira, que transitó por todo el
aparato parlamentario durante varios años para finalmente arribar, en el
Gobierno de Sebastián Piñera I (2010- 2014) al cargo de Ministro de Economía y hacerse cargo de la
extensión de una Ley “Corta” de Pesca y Acuicultura que él mismo había
elaborado en el año 2002, cuando era Diputado de la Derecha más Pinochetista de
entonces: la Unión Demócrata Independiente, UDI.
En el tormentoso año 2002, el entonces Presidente de la República,
Ricardo Lagos Escobar, se enfrentaba a una posibilidad cierta de ser destituido
por casos de corrupción detectados durante su gestión como Ministro de Obras
Públicas en el Gobierno que lo había precedido, particularmente el caso de los
llamados “sobresueldos” o “Caso MOP-Gate”, consistente en dineros no declarados
que se entregaban de manera subrepticia a la plana mayor del Ministerio
encabezado por Lagos (y siendo él mismo uno de los beneficiarios) para evitar,
según se justificara entonces, que los expertos del Ministerio migraran hacia
el sector privado por mejores sueldos [1].
Pablo Longueira, entonces Diputado de la UDI, personalmente acudió al
despacho presidencial para apoyar al Presidente cuestionado e impune hasta hoy.
El apoyo no fue gratuito ni una mera declaración de buenas intenciones, sino
que, como parte del “apoyo al Presidente”, el Diputado le entregó a Lagos un
“Plan de Modernización del Estado”, donde estaba una nueva Ley de Pesca y
Acuicultura… La primera Ley Longueira o “Ley Corta”, que perduró por diez años.
Así se salvó el Gobierno que, hasta
ahora, era el más corrupto que había tenido Chile desde el fin de la
Dictadura Militar, aprobando un paquete de medidas elaboradas fuera del
Gobierno y entre ellas, una nueva Ley de Pesca, que por primera vez dejó a los
pescadores artesanales SIN UN SOLO PESCADO, pues los peces en el mar, a partir
de entonces, pertenecen A LA LANCHA QUE LOS CAPTURA y en consecuencia, al dueño
de esa lancha: al “armador”, que también ocupa todos los cargos sindicales y
federativos de la pesca artesanal… para que nada cambie. El pescador artesanal
sin lancha, es sólo mano de obra… y la lancha una PYME…
Pablo Longueira fue posteriormente Senador. Ocupó otros varios años un
escaño en el Parlamento chileno y sólo salió de allí cuando se cumplió el plazo
de duración de la Ley “Corta” de Pesca conque salvó al Gobierno de Lagos,
consagrando, de paso, un hecho inédito en la política mundial: un país
democrático donde NO HAY OPOSICIÓN POLÍTICA, no importa el Gobierno del que se
trate. Al final del día (y de la vida) “todos somos calaveras” … A Pablo
Longueira y a Ricardo Lagos les debemos eso.
Desde el Senado, Pablo Longueira saltó a la cartera de Economía para
hacerse cargo, obviamente, de la extensión de su primera Ley. Su visión
estratégica se mantuvo durante una década completa y su visión táctica se
amplió, sumando en el negociado a toda la pesca artesanal reunida en dos
Confederaciones; la CONFEPACH que habían inventado los industriales pesqueros
para conseguir el apoyo “artesanal” a la Ley “Corta” y la CONAPACH, opositora
de la Ley Corta, pero que “obtuvo muy buenos resultados” cuando apoyó la
extensión de esa Ley por otros 20 años…
Además, Longueira sumó el apoyo del Ambientalismo VIP acuático, de
aquellos “defensores del mar” con yate propio, que, en mi presencia y cuando me
desempeñaba como asesor externo de Fundación Pumalín, anunciaron su apoyo a la
actual Ley Longueira durante una reunión de ONGs celebrada en el año 2011 en el
borde costero de Santiago, ante mi total perplejidad.
Hasta hoy, el Ambientalismo VIP defiende esa Ley “porque contenía
características de sustentabilidad”, pero que ha tenido las consecuencias que
se verán más adelante para los recursos pesqueros y para la soberanía
alimentaria nacional. La única “sustentabilidad” de esa Ley fue la del flujo de
recursos financieros y especulativos que domina a esa actividad, tal como lo
señalé en esa reunión de Santiago más de diez años atrás, de manera
infructuosa.
El ambientalismo VIP, con mucho, es PARTE de los problemas del sector
pesquero, PARTE de las amenazas a la Soberanía Alimentaria de los chilenos y
PARTE de las amenazas a la Soberanía Nacional,
como ya se adelantó en el primer número de esta serie “Globalismo y Naturaleza”.
Porque, como cada uno de los partidos políticos de hoy, las empresas
ambientalistas tiene su propia agenda: la agenda del Globalismo y el interés
nacional y soberano NO ES PARTE de esa agenda, sino todo lo contrario…
Ya en el año 2004, Cosme Caracciolo, dirigente histórico de la pesca
artesanal y entonces Presidente de la CONAPACH, me había enseñado que el sector
pesquero chileno es el más corrupto del mundo y que esa corrupción era
administrada por SUBPESCA, la Subsecretaría de Pesca (y Acuicultura, hasta
ahora) que se encuentra alojada en el Ministerio de Economía, adonde llegó
Pablo Longueira durante el primer Gobierno de Sebastián Piñera.
Nunca olvidé esa lección, porque sigue vigente y la he podido comprobar
en los 17 años que llevó de visita en la zona austral, batallando por ése mar
que tranquilos nos roban y destruyen. Y en el actual Gobierno, que en materias
de corrupción ha superado con largueza la corrupción del Gobierno de Lagos, esa
lección que aprendí de Caracciolo vuelve a renovarse.
En los “cheese and wine” ofrecidos en su propio departamento por otro ex
Diputado UDI, JOSÉ ZALAQUETT, descubiertos por la prensa y donde se negociaron
nuevas leyes y cambios en Reglamentos ya existentes (y probablemente el espurio
acuerdo del litio con SOQUIMICH, SQM) también la nueva Ley de Pesca y la futura
Ley de Acuicultura se habrían negociado en una de las tradicionales “cocinas”
de la política chilena, como aquella celebrada en la CUT en noviembre de 2019 y
que dio origen al actual Gobierno.
Al menos SEIS Ministros de carteras que elaboran propuestas legislativas
relativas a trabajo, pensiones, medioambiente y recursos naturales (además de
política exterior y seguridad, que aún no se conocen) asistieron a los picadillos ofrecidos por un
negociador intermediario de los empresarios, entre ellos, la Ministra de
Medioambiente y el Ministro de Economía, este último a cargo de SUBPESCA y del
SERNAPESCA, con su única lancha para “fiscalizar” la actividad pesquera y
acuícola.
A la izquierda de la foto, José Zalaquett, ex Diputado UDI y cocinero; a la derecha, los comensales,
Maisa Rojas, Ministra del
Medioambiente y Nicolás Grau, Ministro de Economía.
No hay audios ni documentos disponibles, pero la prensa ha destacado que
para tales “picadillos” los asistentes debían cancelar dos millones de pesos
(unos US$ 1.800) para sentarse a la mesa en los distintos “talk-shows”
ministeriales que se conocen. Sólo la Ministra del Medioambiente se presentó a
tres de estos costosos espectáculos, según ella misma ha declarado [2].
Yo dudo que se haya pagado tanto dinero por una Ley de Pesca como la que
se anunció y presentó en diciembre de 2023. Y si así se hizo, fue dinero
perdido, porque lo presentado, en materias de Pesca, es otro cantinfleo más del
Gobierno que ha hecho lo que parecía imposible: superar en corrupción al
Gobierno de Lagos.
EL CANTINFLEO
Asimismo, es relevante que este nuevo cuerpo normativo sea legislado de
cara a la ciudadanía y en condiciones de plena transparencia, a diferencia de
lo ocurrido durante la elaboración de la ley N° 20.657, que modificó la Ley
General de Pesca y Acuicultura vigente (LGPA)…”.
Así, en esta suerte de marco doctrinario, aparece la primera pista
acerca de la verdadera razón fundante de esta nueva Ley: tener un instrumento
pesquero inserto en la visión apocalíptica de las empresas fabricantes de
tecnologías “renovables” que promueven sus productos a través de la ONU y que
habría contado con el suficiente
“consenso social” de la Sociedad reunida en torno a los “cheese and
wine” en el domicilio de Zalaquett.
Pero más aún, señala como RELEVANTE
que esta nueva ley, que será aplicada allí donde se pesca, “sea legislado de cara a la ciudadanía y en condiciones de PLENA
TRANSPARENCIA”…
Sin comentarios…
Más adelante, en sus páginas 4 y 5 y bajo el literal 2.- “Nuevos desafíos en contexto de emergencia
climática”, el Mensaje Presidencial profundiza en la sumisión a la visión
apocalíptica ya señalada que justifica a esta nueva Ley de Pesca (subrayados
nuestros):
Y termina tal presentación con la verborrea Globalista y alienada de
siempre, sólo para hacer más “transparente” lo que se pretende:
“… En consonancia con este
escenario de modernización normativa, esta propuesta propone reforzar nuestra
gestión pesquera resiliente y sostenible, con la sinergia entre decisiones
científicamente informadas y un enfoque holístico y adaptativo…”
Así de “transparente”, claro, conciso y explicativo es el contexto
ideológico que, entre quesos y vinos, se expresó en la redacción de esta
apología a los objetivos Globalistas de la ONU.
Y para que no quedaran dudas acerca de lo que en verdad esta Ley
pretende, se ratifica el objetivo real de esta Ley en la página 6 del Mensaje
presidencial, bajo el literal 3.- “Antecedentes en los Objetivos de Desarrollo Sostenible
de Naciones Unidas” (subrayados nuestros):
3.
Antecedentes en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas
“A nivel internacional, esta propuesta también
encuentra como antecedente relevante los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS) de Naciones Unidas de 2015. Así, el n°14 de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible y los ODS de las Naciones Unidas establece como objetivo
el “Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos
marinos para el desarrollo sostenible”.
Al adoptar estos objetivos, los Estados, entre ellos
Chile, se comprometieron a movilizar los medios necesarios para su
implementación. El progreso en los ODS, a
su vez, coadyuva a la acción climática para reducir el cambio futuro de los
ecosistemas de los océanos, y también las respuestas de adaptación a cambios
inevitables”.
Punto. Más claro echarle agua…
Ése (y no otro) es el objetivo único y real de
esta nueva Ley de Pesca que se propone: cumplir los lineamientos Globalistas de
la ONU, que respecto al mar y su “protección” se lanzaron en junio de 2022 en…
Washington D.C. y donde Boric acudió a sólo tres meses de haber asumido la
Presidencia de la República [3].
La llamada “Política Turquesa” tampoco es un invento de este Gobierno, sino
otro “encargo”.
Los presuntos objetivos de sustentabilidad de
los recursos pesqueros, responsabilidad de quienes los explotan y cuidado de
los ecosistemas, son meras especulaciones contenidas en esta nueva Ley, puesto
que los mecanismos de explotación, de distribución de cuotas globales y
regionales, de definiciones de artes de pesca, aparejos y hasta la existencia
de una “pesca artesanal” que, en la zona austral al menos, ya no existe, no disponen de información que los sustente.
En otras palabras, los “objetivos” de sustentabilidad
que se anuncian para camuflar la inserción de esta Ley en las políticas
Globalistas, se describen en un ámbito de ignorancia casi total acerca de lo
que hay y de lo que no hay en el Mar Chileno, pues en el mismo Mensaje
Presidencial que se comenta se entregan
estadísticas que demuestran que esta Ley, como cuerpo normativo para la
regulación de la actividad pesquera, es un mero “Cantinfleo”.
En efecto, en las páginas 11 y 12 del Mensaje Presidencial que se comenta, bajo el literal 2 “Estado de conservación y administración de nuestras especies y recursos hidrobiológicos” se señala lo siguiente (subrayados nuestros”:
“… Al año 2022, 174 especies han estado sujetas, en
diferentes grados de intensidad, a explotación pesquera, ya sea por el sector pesquero
artesanal o por el sector pesquero industrial. La captura de estas especies es
el resultado de operaciones dirigidas en calidad de especie objetivo o como
resultado de la interacción del arte o aparejo de pesca con otras especies, que
son registradas en calidad de fauna acompañante.
No obstante el número de recursos
hidrobiológicos que reporta desembarque, la cantidad de pesquerías
reconocidas formalmente como tales es más reducida.
El estado de situación de una pesquería, asociado al estado de conservación del recurso, se
evalúa sobre la base de puntos referenciales que se denominan puntos biológicos
de referencia. Estos puntos corresponden a una métrica asociada a los
niveles de biomasa actuales respecto del nivel deseado, así como también
respecto al nivel de esfuerzo aplicado (mortalidad por pesca) respecto de un
nivel deseado o un nivel límite.
Actualmente se reconocen 45 unidades de pesquería
nacionales, de las cuales 24 tienen establecido sus puntos biológicos de
referencia, ya sea en términos específicos o a través de indicadores proxis o sustitutos y que se
actualizan anualmente. Estas unidades corresponden principalmente a pesquerías
de peces y de crustáceos demersales”.
Es decir, al año 2022 se pescaron ejemplares de 174 especies distintas, de las que sólo 45 son “pesquerías” formales y donde sólo 24 de ellas tuvieron
“puntos biológicos de referencia” actualizados que permitían establecer si
el nivel de explotación amenazaba o no el estado de conservación de tales
pesquerías. Sólo 24 de 174 especies capturadas…
De las restantes 150 especies capturadas y desembarcadas, el estado de conservación
de estas no se podía determinar porque no existen… NO EXISTEN…los “puntos
biológicos de referencia” que permitirían detectar una explotación amenazante o
no para la conservación de las especies involucradas.
Así, al año 2022, sólo se podía
conocer de los efectos de las capturas o desembarques declarados sobre el
estado de conservación del 13,8% de las especies capturadas en ese año, un
desconocimiento insólito que probablemente se arrastra por años, dada la
inoperancia que se le reconoce a los servicios públicos reguladores y
fiscalizadores de la actividad pesquera. Esta ausencia de información es otra
demostración de ello.
De las 21 especies restantes de estas 45
especies declaradas formalmente “pesquerías”, no se tienen datos actualizados que permita establecer sus
grados de conservación, aunque en el Mensaje Presidencial se asume que se
encuentran “en plena explotación”, esto es, en un nivel de explotación
permisible para que se conserven como pesquerías:
“Adicionalmente, existen cuatro unidades de pesquería
cuyo estatus no se ha actualizado, ya sea porque se encuentran en veda
extractiva o debido a que no hay actividad dirigida a éstos como pesca
objetivo. Para dicha actualización se requiere de mayor información científica
para fundamentar eventuales cambios de estatus.
Por otra parte, existen 17 unidades de pesquería sin
punto biológico de referencia establecido, principalmente correspondientes a
recursos bentónicos. Sin embargo, en atención al comportamiento de indicadores
de la pesquería (i.e. niveles
de captura, rendimientos de pesca, estructura de tamaño de las capturas, talla
promedio, entre otras), así como al número de participantes de la misma, se
asume que estas pesquerías se encuentran en estado de plena explotación,
conforme al principio precautorio”.
En SUBPESCA y en IFOP (Instituto de Fomento
Pesquero) entonces, son capaces de ADIVINAR el estado de conservación de
DIECISIETE ESPECIES que se capturan con sólo saber cuánto se desembarca de cada
una de ellas. Y además, son optimistas, pues “asumen” que todavía queda algo de
esa pesquería…
Ni Yolanda Sultana sería capaz de tanto.
Como si esto no fuera suficiente, en la página
13 del Mensaje Presidencial, se señala lo siguiente:
“Sobre la base de lo anterior y de acuerdo con lo
informado en marzo del presente año, respecto de las 24 unidades de pesquería
que cuentan con estado de situación actualizado, 17% (4) se encuentra
subexplotadas, 33% (8) en estado de plena explotación, 33% (8) pesquerías en
estado sobre explotación y 17% (4) en condición de agotada. Según esta
información, la mitad de estas pesquerías se encuentra en niveles saludables”.
En consecuencia, de las 24 pesquerías con
“puntos de referencia biológicos” establecidos y actualizados, LA MITAD YA HA DESAPARECIDO, estando en
condiciones de “sobre-explotación” o “agotada”. Pero el Mensaje Presidencial es
optimista: la mitad está “saludable”, aunque el “Mensajero”, con aptitudes
matemáticas de sobra conocidas, no es capaz de darse cuenta de que “lo
saludable” corresponde sólo al 7% de
todas las especies que se capturaron en el año 2022, mientras que otro 7%
ya desapareció (sobre-explotada o agotada) y que del 86% restante de las
especies capturadas a 2022… NADA SE SABE.
Pablo Muñoz, un hombre dedicado a estudiar las
estadísticas pesqueras tan desastrosas como las que el Mensaje Presidencial
presenta, me señaló alguna vez: “SUBPESCA es el único Banco en el mundo al
que se le desaparecen, todos los años, la mitad de los fondos depositados… pero
sigue funcionando”.
Estamos en Chile, Pablo, el país de los adivinos
y los “adivinos” actuales nos presentan una Ley que sólo es aplicable para EL
7% DE LAS ESPECIES QUE ACTUALMENTE SE CAPTURAN.
Así, un Gobierno “Cantinflero” y “Adivino”
presenta otro proyecto inútil, ya no con “letra chica”, sino con “números
chicos”, casi diminutos e imperceptibles en su mayoría, para regular una
actividad pesquera de efectos DESCONOCIDOS sobre la mayoría de las especies que
son capturadas y de las que nada se sabe.
Entonces, ¿cómo se establecen las cuotas
globales de pesca?, ¿en base a qué se distribuyen las cuotas de pesca para la
pesca industrial y las cuotas que la pesca artesanal recibe pero que le
transfiere a la pesca industrial?, ¿cómo
se establecen las cuotas destinadas a “consumo humano?... ADIVINEN…
Al fin y al cabo, no importa que la Ley no
sirva, que se base en la imaginación de sus redactores y en la casi total
ignorancia de lo que hay o no hay en el mar territorial.
Lo que se necesitaba era una Ley que DIJERA QUE SE INSERTA EN LA AGENDA 2030 DE LA
ONU. Nada más, porque es parte de la propaganda, de la estrategia de sembrar el
pánico para vender un producto salvador, otro panfleto como los que se tiraban
en los años ’60 del siglo pasado sobre el “Efecto Green- House” (Efecto
Invernadero) y que se imprimían en talleres similares a los de las
Universidades Suecas de hoy, que imprimen
Diplomas para Doctores Honoris Causa en Teología, para las y los
profetas del Cambio Climático, porque ya
es Religión [4].
Pero por sobre todo, porque es la propaganda que
justifica la neo-colonización “verde” de mares y territorios y el despojo de la
Soberanía Alimentaria de los pueblos que, como en nuestro caso, radica
principalmente en el mar: en Chile hay cuatro grandes “Parques Marinos” que
suman 85 MILLONES DE HECTÁREAS DE MAR… DONDE NO SE PUEDE PESCAR.
Con esta Ley, entonces, basta y sobra para que
el Gobierno “Cantinflero” y Globalista, nacido también en una “cocina”, cumpla
con la tarea encomendada.
Héctor
Kol
Patagonia
Chilena
Enero
de 2024.
[1] https://www.latercera.com/la-tercera-pm/noticia/2282-millones-cde-demanda-a-condenados-por-caso-mop-gate-y-exige-el-pago-de-multas-20-anos-despues/EBWVBCV4KBC5JJHD7YM7F32Q7U/
[2] https://www.eldinamo.cl/politica/2024/01/18/ministra-maisa-rojas-revelo-nueva-reunion-en-casa-de-zalaquett-estos-fueron-los-empresarios-que-asistieron/