LA CONTRALORÍA TIENE LA
PALABRA (II) :
UNA “MORATORIA” A LA “SUBPESCA”.
Por Héctor Kol
Para
Sinrepresassinsalmoneras.blogspot.com
Abril de 2020.
A sólo una semana
de publicados el clip de Radio Trapananda[1] referido al retardo de la Contraloría General
de la República en su pronunciamiento sobre estudios de capacidad de carga para
la salmonicultura y la columna “La Contraloría Tiene La Palabra” [2],
la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA) dictó una Resolución para
decretar la “moratoria” definitiva (congelamiento) para la entrega de nuevas concesiones
acuícolas para salmonicultura en la Región de Aysén, declarándola saturada o
“sin espacios” para nuevas instalaciones destinadas a la producción de salmón
de cultivo, quizás si el alimento más tóxico del planeta.
Pero como debieran
ya estar acostumbrados los chilenos cuando de SUBPESCA se trata, la “moratoria”
es “a la chilena”, o para ser más precisos, es “a la SUBPESCA”. Esto es,
insuficiente y mediocre, puesto que no resuelve ninguno de los desastres
ambientales que genera esta Industria y ni siquiera los previene.
En el año 2007,
alegábamos ante la Comisión de Pesca y Acuicultura de la Cámara de Diputados,
donde se reunía parte de la Bancada Salmonera existente en el Congreso Nacional
y presidida entonces por el DC Patricio Vallespín, que resultaba absurdo que
un proyecto de acuicultura de mitílidos
(choritos) fuera evaluado ambientalmente con el mismo instrumento de evaluación
que un proyecto de cultivo de salmónidos: una Declaración de Impacto Ambiental
(DIA) dado que mientras el primero no usa alimentos artificiales, antibióticos,
vacunas, pesticidas, desinfectantes ni pigmentos, el segundo usa todo eso y
más.
Alegábamos, también,
que las llamadas Áreas Aptas para la Acuicultura (AAA) en la Región de Los
Lagos se definieron en base a un “estudio técnico” elaborado por SUBPESCA que
consistió en una encuesta a 4 Municipalidades y una Federación de Pescadores
Artesanales, resultando en un documento de apenas DOS PÁGINAS. Es decir, un estudio
técnico “a la SUBPESCA”.
Finalizamos
aquella vez nuestros alegatos agregando que, por añadidura, en ninguna de estas
AAA se había definido la Capacidad de
Carga de estas Áreas, es decir, el monto máximo de salmones o de cualquier otro
recurso hidrobiológico que se cultivara de manera programada, para evitar la
generación de condiciones anaeróbicas en el medio acuático intervenido,
esto es, condiciones que impiden la mantención de la vida acuática, como ya lo
demandaba la Ley de Pesca entonces vigente, en su Artículo 87º, que sigue
vigente incluso en la actual Ley Longueira.
Dábamos como
ejemplo ante esa Comisión de Pesca y Acuicultura, que para SUBPESCA, una misma hectárea de mar era “apta” para una
producción de una tonelada (1.000 kilos) de choritos o mil toneladas (1.000.000
de kilos) de salmónidos…. No habían estudios de capacidad de carga… no habían
límites productivos…. Nuestro planeta tenía y aún tiene, para SUBPESCA,
infinitas capacidades para su explotación y envenenamiento…
Como era de
esperarse, el alegato en la Comisión de Pesca y Acuicultura de Vallespín,
Recondo y Marisol Turres, no sirvió para nada útil… Sólo meses después, se
produjo la llamada “crisis del Virus ISA”, que duró cuatro años y que culminó
con un regalo de la entonces Presidenta Bachelet de US$ 450 millones (450.000.000 de dólares) para
salvar a la “exitosa” Industria de la ruina, además de permitirle constituir
hipotecas sobre sus concesiones acuícolas a fin de que pudieran respaldar los
préstamos bancarios que solicitaban y que, en definitiva, pagamos todos los
chilenos, con nuestro dinero y con nuestro mar… Así de generosa la Presidenta….
Así de exitosos los salmoneros…
Sin límites de
producción y con AAA definidas con estudios técnicos “a la SUBPESCA”, el Mar de
la Patagonia fue invadido por la Industria tóxica en apenas 5 años, pues para
instalarse en Chile, la Industria Salmonera NO TIENE RESTRICCIÓN ALGUNA, tal
como lo señalaba Felipe Sandoval, también DC y Subsecretario de Pesca (luego,
Presidente de Salmon- Chile) en entrevista dada a CEIBO Producciones para el
documental “Las Jaulas en el Mar” del año 2006, quizás si el primero que aborda
la destrucción ambiental que generan los salmoneros.
NINGUNA restricción…
Así, decenas de
centros de engorda de salmónidos se instalaron, por ejemplo, en la Región de
Aysén, después de sesudos y complejos “estudios” hechos por SUBPESCA de los Proyectos
Técnicos que presentaban los salmoneros antes de aprobarlos, ordenando
después el ingreso de cada proyecto a evaluación ambiental, donde
SUBPESCA los volvía a aprobar, entregando su Permiso Ambiental Sectorial
(PAS) para cumplir con la Ley de Bases del Medioambiente. Sólo para eso.
Y así quedó Aysén,
su Reserva Nacional Las Güaitecas, sus canales aledaños al Parque Nacional Isla
Magdalena, sus Santuarios de la Naturaleza… Así quedaron, como muestra la
Figura 1, las Áreas SNASPE gauchas después de los estudios técnicos mandatados
por la Ley de Pesca a SUBPESCA.
Sobre esta imagen,
que muestra la invasión de nuestro Mar de la Patagonia por parte de una
Industria que abandona a sus trabajadores enfermos en un camino lejano a todo,
es que SUBPESCA dictó su “moratoria”… ¿Hay algo para celebrar, entonces?...
Pero eso no es
todo. El problema principal de esta falta de servicio de SUBPESCA, que ya
detectara y verificara la Contraloría General de la República en el año 2016, no
es el número de instalaciones, sino que en cada una de ellas se puede
producir lo que la empresa salmonera decida, sin límites, porque NO EXISTEN LOS
ESTUDIOS DE CAPACIDAD DE CARGA… y SUBPESCA se niega a hacerlos, como lo
señalábamos en el primer artículo de esta saga.
Así, si
oficialmente se producen 600 mil toneladas de salmónidos en la Región de Aysén
con este número de instalaciones que muestra la Figura 1, perfectamente en ese
mismo número se pueden producir 2 millones de toneladas, puesto que no está
limitada la producción en ninguno de estos centros. La “moratoria” que aplaude
el Ambientalismo V.I.P. con sede en Santiago, sólo congela el número de
centros… pero no su insustentable y degradante producción.
Ejemplo de este
total abandono de funciones y falta de servicio de los servicios públicos del
Estado Salmonero, se muestra en la Figura 2, donde se muestra el centro de
engorda de salmónidos número de Registro Nacional de Acuicultura (RNA) 110129,
de MOWI-Chile (Ex Marine Harvest) ubicado en el Santuario de la Naturaleza
“Estero Quitralco” de la Región de Aysén.
La imagen
corresponde a una captura de pantalla del Visualizador de Mapas de SUBPESCA y
muestra que 10 de las 30 balsas jaulas conque opera este centro, están FUERA de
la concesión otorgada y donde obligatoriamente debe operar.
En el Visualizador
de Mapas de SUBPESCA, entonces, hay una infracción EXPLÍCITA a la Ley General
de Pesca y Acuicultura… ¿La denunció SUBPESCA?...
Este centro de
engorda estaba autorizado para producir 540 toneladas de salmónidos por ciclo
productivo (540.000 kilos) hasta
el 12 de diciembre de 2011, cuando la Comisión Regional del Medioambiente de
Aysén (COREMA- Aysén) aprobó, mediante la Resolución de Calificación Ambiental
Nº 556 de la fecha indicada, que este centro de engorda, en sus mismas 23,77 hectáreas que
ocupa en un Santuario de la Naturaleza, pueda producir ahora 4.748 Toneladas
de salmónidos/ciclo productivo (4.748.000 kilos) es decir, un 900%
más que la producción original…. 9 VECES MÁS….EN LA MISMA SUPERFICIE CONCEDIDA…..
Por supuesto, la
entonces Marine Harvest cumplió la ley: presentó a SUBPESCA un Proyecto
Técnico, que SUBPESCA aprobó y luego una Declaración de Impacto Ambiental, que SUBPESCA volvió a aprobar, cumpliendo, así,
la Ley…
Quizás si porque
se trata de un Santuario de la Naturaleza el que está invadido por MOWI (sucesor de Marine Harvest) con otros 8 centros
de engorda, en este centro en particular se produjo un milagro….
En efecto, según
la Nómina de Informes Ambientales, INFAs, que publica el Servicio Nacional de
Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA) en su página web, este centro generó
condiciones ANAERÓBICAS (que impiden la mantención de la vida acuática) en su
sitio de emplazamiento en mayo de 2011, es decir, ANTES de que se le
aprobara la ampliación de un 900% de su producción original de sólo 540
toneladas/ciclo productivo.
En otras palabras,
el centro RNA 110129 generó una degradación ambiental CON SÓLO 540 TONELADAS DE
PRODUCCIÓN…. Y aunque luego podía producir un 900% más que la cifra señalada, nunca
más generó tales condiciones.
En consecuencia,
según SUBPESCA, SERNAPESCA y la COREMA- Aysén, el sitio de emplazamiento del
centro RNA 110219 que era INCAPAZ de soportar 540 toneladas de producción, SI
ERA CAPAZ de soportar 4.748 toneladas… 9 VECES MÁS…
Simplemente, un
milagro…
O puesto de otro
modo para una mejor comprensión en la lectura: si en una casa NO CABEN 20
personas, pero SI CABEN 180 personas, no es un chiste….ES UN MILAGRO…. Se lo redacta
una Consultora Ambiental, se lo certifica SUBPESCA, se lo acredita la COREMA (o
el SEA) de Aysén, se lo fiscaliza SERNAPESCA… y se lo agradece El Vaticano…
Pero como los
milagros son también un “recurso escaso”, en el resto del Mar de Aysén no se
producen.
La Figura 3 repite
lo ya mostrado en el artículo anterior: la distribución de decenas de centros
de producción de salmónidos que han liquidado sus sitios de emplazamiento en la
Región gaucha por producciones que en su mayoría SUBPESCA aprobó dos veces…
Así, el anuncio de
SUBPESCA acerca de esta moratoria no es más que otro efecto especial gatillado
por el Estado Salmonero y que no tiene importancia alguna, pues si no se limita
la producción salmonera según las capacidades de carga de los sistemas
acuáticos, es decir, si no se hace cumplir lo que señala la Ley de Pesca,
cualquier anuncio que no las considere, es paja…
Y más aún, el proceso
de “relocalizaciones” que ya se realiza (también, sin estudios de capacidad de
carga de por medio) le permitirá a estos destructores del mar de la Patagonia
cambiar de posición y ocupar nuevos sitios que aún no han liquidado, SIN TENER
QUE PEDIR UNA NUEVA CONCESIÓN, es decir, SE HACE AL MARGEN DE ESTA MORATORIA porque
las nuevas posiciones se consideran como “concesiones ya otorgadas”, según
las modificaciones hechas para tal efecto a la Ley de Pesca de Longueira. Y no
se atreva usted a preguntar quién y para dónde se quieren realizar los tóxicos:
ya lo hizo el Comité de Defensa del Borde Costero de Puerto Montt y era
que no, SUBPESCA se negó a responder…
Ello es lo que explica
la necesidad URGENTE de que la Contraloría General de la República se pronuncie,
de una vez por todas, acerca de si deben existir o no tales estudios de
capacidad de carga que venimos demandando desde hace 13 años.
No puede alargarse
este tiempo de espera, que ya alcanza los 21 meses, para que se pronuncie la
Contraloría a la consulta que se le hiciera hace tanto tiempo ya, pues el
Estado Salmonero y sus oficinas, tal como lo ha hecho SUBPESCA ahora, seguirá
entregando placebos y no soluciones reales para detener esta dramática
destrucción que, a diario, la Industria Salmonera genera en nuestro Mar
Austral.
La Contraloría
debiera entender que, así como a la Industria salmonera sólo le importan los
salmones y no sus trabajadores, a los servicios públicos que operan en la
mantención del Estado Salmonero al sur del paralelo 42º Latitud Sur, tampoco
les importa el Mar de la Patagonia y sólo le importan los intereses de la
Industria, como ya lo verificara en sus auditorías del año 2016 a SUBPESCA y a
SERNAPESCA.
En definitiva,
entonces, la Contraloría sigue teniendo la palabra para detener o no, la Destrucción
del Mar de la Patagonia.
Héctor Kol
Patagonia Sin
Represas… Sin Salmoneras
Abril de 2020.