domingo, 9 de abril de 2023

 

Neoliberalismo y Naturaleza (III)

SALMONICULTURA EN CHILE: LA ESTAFA 2.0

 

Primera parte: Son de cartón.

 

Por Héctor Kol Z.

Patagonia Chilena

Abril de 2023.

 

“Los zapatos de Banana

Son de cartón,

Son de cartón… De cartón”

 

Los Viking 5

Banda Tropical de Coquimbo, Chile

 

 

Carlos Odebret es hoy el principal representante de los salmoneros en la Región de Magallanes, pero nos conocemos desde antes.

 Odebret fue el vocero de Salmon-Chile en Puerto Montt cuando el primer Gobierno de Michelle Bachelet preparó un montaje para evitar que tuviese éxito la campaña que levantamos, en 2008, que buscaba evitar que el mar austral les fuera entregado a los salmoneros para hipotecarlo en favor de sus Bancos acreedores.

 Un triunfo de esa campaña probablemente condenaba a la ruina a la “exitosa” Industria Salmonera cuando estaba asolada por el Virus ISA y era incapaz de levantarse de ese desastre, del que se salvaba sólo si entregaba a los Bancos lo único que a estos les interesaba: las concesiones acuícolas salmoneras en el mar que es de todos los chilenos.

 La primera votación en la Cámara de Diputados para favorecer este rescate a las salmoneras (otro más) resultó en un 92 a 1 a favor del asalto a nuestro patrimonio natural (sólo el Diputado Alinco votó en contra) pero en sólo pocos meses de campaña, llegamos a octubre de 2009 con menos de 10 votos de diferencia entre ambas posturas.

 Y entonces allanaron nuestros domicilios, se llevaron todos nuestros computadores, nuestros teléfonos celulares y material de respaldo de información y ocho personas fuimos acusadas de haber incendiado las oficinas de la agencia de lobby “Salmon-Chile”, donde trabajaba Odebret.

 La campaña para evitar la Privatización del Mar se suspendió por falta de materiales y debimos asumir nuestra defensa: fuimos, para la prensa internacional, “Los Ocho del Salmón”, que arriesgaban penas de cárcel de hasta 25 años por quemar una oficina de propaganda… Una oficina que ocupaba Odebret.

 



La Fiscalía se desistió en agosto de 2010 de los cargos contra todos nosotros y Odebret sólo reclamó públicamente porque el “incendio” se quedaba, así, sin responsables. No insistió en las investigaciones en nuestra contra y no puso en duda nuestra inocencia, plasmada en la ausencia del propio Fiscal Coronado a las últimas audiencias del proceso.

 Un gesto de caballeros, ciertamente (al César lo que es del César) pero quizás porque ya no era necesario: la Presidenta Bachelet, la “Defensora de los Océanos”,  según las transnacionales ambientalistas que más tarde apoyaron la Ley Longueira, había promulgado la Ley de Privatización del mar el 10 de marzo de ese año, el último día de su desastroso primer Gobierno… y las concesiones acuícolas del Mar Austral chileno, por las que los salmoneros pagaban un “arriendo” de 20 pesos por metro cuadrado al año, quedaron en manos de Bancos extranjeros.

 Carlos Odebret apareció en Magallanes para dirigir la expansión salmonera en esa Región después de que la “exitosa” Industria liquidara los “prístinos” ambientes marinos en las regiones de Los Lagos y de Aysén, tiñera las merluzas con sus alimentos pigmentados y contaminara con antibióticos las sardinas, róbalos y cabrillas…

 Y en Magallanes, Carlos Odebret sacó lo mejor de su repertorio en una oficina nueva, seguramente a prueba de incendios.

 Allí ha tenido un desempeño notable en muy poco tiempo porque ha entendido, más que otros, el ambiente que lo rodea y no ha tratado de imponer un modelo de propaganda en favor de la salmonicultura, sino que la ha adaptado según las características propias de esa Región, haciendo que OTROS se encarguen de la propaganda.

 Odebret terminó de sacar de sus canoas a los Kawésqar de Magallanes y los subió a camionetas 4X4, una “reconversión” que habían iniciado sus antecesores en el cargo[1]. Y los Kawésqar fueron invitados estelares en un evento salmonero reciente realizado en Puerto Varas…

 Odebret convenció a la pesca artesanal regional de que un pescador no viene al mundo para alimentar a su pueblo, sino para limpiar playas o acarrear boyas en las lanchas subsidiadas por el Estado para que salgan a pescar.. y transformó a los dirigentes de la pesca artesanal magallánica en una especie de Salmon-Chile “proleta”, que hace lobby ante los servicios del Estado para FAVORECER proyectos salmoneros [2].

 El Gobernador de Magallanes JORGE FLIES, haciendo honor a su apellido e inicialmente hostil a los salmoneros, se convirtió en el nuevo “Señor de Las Moscas” al amparo de las “Mesas de Trabajo” que comparte con Odebret, asumiendo funciones de “Gerente Honorario” de Nova Austral, empresa en crisis al parecer terminal por tres revocaciones de Resoluciones de Calificación Ambiental a sendos centros salmoneros que mantenía en el Parque Nacional De Agostini y sobre las que me referiré más adelante.

 Carlos Odebret fue protagonista y quizás si hasta guionista del excelente reportaje “ASÍ NO” [3]  que hizo “ensilaje” con un mediocre documental de Green- Peace, la agencia de eventos que hoy recorre canales magallánicos en un yate de lujo  para “descubrir” los efectos de la salmonicultura en ellos…pero no los efectos de la Ley Longueira que apoyó en mi presencia,  cuando entonces me desempeñaba en Fundación Pumalín.

 En dicho reportaje, todos los “ancestrales” (kawésqar y pescadores artesanales) aparecieron defendiendo a las salmoneras. Ante todos los espectadores, la alianza salmoneros- pueblos originarios- pescadores artesanales se mostró en glorioso esplendor. El fruto del trabajo de Odebret tuvo su presentación pública y masiva… y Green- Peace tuvo que guardar las cámaras y subirse a un yate…

 Sin embargo, la principal cualidad de Odebret había sido, hasta ahora, no repetir las falacias y discursos prepotentes de sus antecesores… Hasta ahora, cuando en la prensa magallánica se le ocurrió declarar que la Industria para la que trabaja es la más fiscalizada del país y la que más cumple con las medidas correctivas de los errores que comete, un planteamiento que en las últimas semanas, en particular, se ha derrumbado sin temblor de por medio.

 



Cuando la “exitosa” Industria se salvó de la crisis del Virus ISA merced al regalo de Fin de Gobierno de la Presidenta Bachelet, se anunció que había nacido una nueva industria, la Salmonicultura 2.0, con nuevos reglamentos reguladores, nuevas funciones fiscalizadoras de los servicios públicos, nuevos Programas de Vigilancia de la actividad salmonera… pero con los mismos piojos, las mismas bacterias, los mismos virus y escapes de salmones y las mismas defunciones de buzos…

 Y cuando salmoneros y militantes del Partido Comunista- Pos Neruda se entretenían, en el año 2016, en la épica Campaña del Dentista que me convirtió en “fantasma” (Héctor Ghost) simultáneamente la Contraloría General de la República (CGR) evacuaba dos informes de auditoría al “fiscalizador” Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA, Informe Final 210-2016) y a la “reguladora” Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA, Informe Final 211-2016) donde la CGR señaló, en ambos, que en el periodo 2010-2015, NI SERNAPESCA NI  SUBPESCA HABÍAN CUMPLIDO SUS FUNCIONES EN MATERIAS DE ACUICULTURA, acogiendo las denuncias que al respecto había ingresado un “fantasma” en diciembre de 2015 ante el órgano Contralor…

 Así, en los primeros CINCO AÑOS de la “Salmonicultura 2.0”, entonces, esa industria no fue ni fiscalizada ni regulada por los servicios públicos responsables, porque esos servicios públicos SON DE CARTÓN.

 Pero la falacia expresada por Odebret se continuó hasta estos días, ininterrumpidamente.

 En las últimas semanas, la empresa salmonera AUSTRALIS, bajo control chino desde 2019, ha denunciado por ESTAFA a los anteriores controladores chilenos, que les vendieron una empresa que producía más de lo que tenía autorizado en al menos 33 de sus centros de cultivo.

El Gerente chileno de la ahora empresa china ha declarado que tales sobre-producciones se obtenían desde el año 2016… y hasta ahora [4]. Es decir, desde el año de publicación de los Informes de la Contraloría…y hasta ahora.

 ¿Y dónde estaba la Superintendencia del Medioambiente, encargada de fiscalizar el estricto cumplimiento de las Resoluciones de Calificación Ambiental que autorizan una producción MÁXIMA  de biomasa determinada?... No estaba…porque también ES DE CARTÓN…

 Fue en el año 2017 cuando elaboré para CODEFF los informes de los daños producidos por la salmonera NOVA AUSTRAL en sus centros ubicados en el Parque Nacional de Agostini, en Magallanes, creado en los años ’60 por el Presidente Frei Montalva y donde toda actividad productiva está prohibida. ¿Qué hacen, entonces, las salmoneras allí?

 Habría que preguntárselo a RICARDO LAGOS, el “Capitán Planeta” DE CARTÓN, pues bajo su Gobierno fueron otorgadas las concesiones acuícolas que operaba NOVA AUSTRAL y que generaban los daños que denuncié para iniciar las investigaciones que culminaron, CINCO AÑOS después de ingresadas las denuncias, en la revocación de tres Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) que dictaminó la Superintendencia del Medioambiente, impidiendo así el funcionamiento de estos centros [5].

 Una sanción “Histórica” tituló el diario EL MERCURIO cuando se produjo la revocación de estas tres RCA, una sanción que debió ser más histórica aún, pues las denuncias ERAN MÁS, pero esa es otra historia que ya se contará.

 



 Esas salmoneras de NOVA AUSTRAL no sólo habían generado daños al ambiente marino, sino que la empresa (que hoy defiende el Gobernador Flies) los había ocultado, sepultando los sedimentos putrefactos con arena y piedras extraídas del borde costero aledaño a los centros, había cobrado subsidios estatales por generar producciones que NUNCA GENERÓ, había falsificado los reportes de mortalidades, declarando sólo la mitad de ellas y también falsificó los Informes Ambientales elaborados por una Consultora Ambiental CERTIFICADA POR SERNAPESCA… Un verdadero Salmon-leaks que el diario electrónico EL MOSTRADOR publicó brevemente, en sólo dos artículos, a pesar de tener a su disposición los mails en que se detallaban los fraudes al Fisco y los daños ambientales causados por NOVA AUSTRAL.

 ¿Por qué sólo dos artículos? Porque cuando la noticia y el escándalo tienen consecuencias mayores a las esperadas y se pone en riesgo la existencia misma de la Industria Salmonera, hasta la “prensa alternativa” es DE CARTÓN.

 En 2018, otra denuncia “fantasmal” se ingresó a la Contraloría General de la República dando cuenta de que a centros salmoneros que habían generado en Magallanes condiciones “anaeróbicas” con sus producciones originales, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de esa Región les había aprobado AUMENTOS DE PRODUCCIÓN, es decir, más biomasa que la que ya había causado una degradación del ambiente marino, particularmente en el Estero de Poca Esperanza, al sur de Natales.

 Y eso fue posible porque el SEA- Magallanes también ES DE CARTÓN, pero no sólo el de Magallanes, sino también el SEA- Los Lagos, que bajo la conducción de ALFREDO WENDT (ya destituido) aprobó tres Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) de una planta de proceso de salmones de CAMANCHACA en Calbuco, planta que se posiciona al lado de un cementerio y de una Iglesia Católica y a 500 metros de una Escuela Rural, es decir, EN TIERRA.

 En las DIAs, sin embargo, la planta fue instalada a 740 metros al sur de su posición real, en medio del mar. La empresa CAMANCHACA declaró lo mismo TRES VECES… Y las tres veces, las DIAs fueron APROBADAS.

 



 En 2021, CAMANCHACA ingresó una nueva DIA, pero ahora declarando que se encontraba ubicada en tierra…. La misma planta que estaba en medio del mar en los años 2002, 2007 y 2010, ahora estaba en tierra. La Industria Salmonera había adquirido el bíblico Don de la Ubicuidad porque así lo consagró el SEA- Los Lagos…y la nueva Declaración TAMBIÉN se aprobó, en el año 2022.

 



 Las denuncias por la evidente falsificación ideológica que ingresó, por este caso, el Comité de Defensa del Borde Costero “Calbuco Emergente” en la Fiscalía Local de Calbuco, fueron archivadas… en una carpeta DE CARTÓN.

 En 2016 y 2020 elaboré sendas denuncias contra uno de los centros salmoneros en sobreproducción de AUSTRALIS, el centro “Melchor 1” ubicado en el Canal Pichirupa de la Región gaucha. Ellas fueron presentadas por CODEFF y por el STI “Nuevo Amanecer” de Pescadores Artesanales de las Islas Huichas, respectivamente. La Superintendencia del Medioambiente regional (SMA- Aysén) ha formulado recientemente cuatro cargos contra este centro por “sobreproducciones”, calificándolas como infracciones graves en contra de la Resolución de Calificación Ambiental que ampara a este centro degradante [6].

  Pero en las denuncias que preparé para CODEFF y para el Sindicato de Pescadores, se establecía que el centro “Melchor 1” había generado condiciones anaeróbicas en su sitio de emplazamiento en los años 2014, 2015 y 2019. Es decir, que sus operaciones superaban las capacidades de carga del sitio de emplazamiento, afectando gravemente los recursos naturales renovables presentes en el sector al generar condiciones anaeróbicas, solicitándose, en ambas denuncias, la REVOCACIÓN de la respectiva Resolución de Calificación Ambiental (RCA) que había autorizado a este centro para obtener la producción cuyos desechos generaron tal degradación ambiental.

 La SMA- Aysén, sin embargo, ha desestimado como “cargo” la generación de condiciones anaeróbicas y sólo estudiará las sanciones por las sobre-producciones del centro, dejando impune la degradación ambiental submarina.

 De esa manera, la SMA- Aysén elude tener que aplicar el mismo criterio usado para el caso de NOVA AUSTRAL en el Parque Nacional de Agostini, en  Magallanes: REVOCAR la RCA y dejar sin permiso de funcionamiento al centro “Melchor 1”.

 La SMA- Aysén no quiere hacer historia y cumple, así, con el rito acostumbrado también en la Región de Los Lagos: hace como que sanciona, pero elude las faltas más graves, aquellas que pueden llevar a la Revocación de la RCA, por ejemplo, tal como en los varios casos faltantes en Magallanes, que acompañaron a los tres casos que culminaron en revocaciones “históricas” de Resoluciones de Calificación Ambiental.

 En 2019, dos denuncias casi simultáneas sobre basurales salmoneros en el borde costero “prístino” de la Región de Aysén fueron conocidas a través de las Redes Sociales. Basurales en el Estero Cupquelán denunciados por un operador turístico y basurales en canales de la Reserva Nacional Las Güaitecas, denunciados por CODEFF, que incorporó las primeras en una denuncia que elaboré para esa organización e ingresada ese mismo año ante la Superintendencia del Medioambiente de Aysén.

 



 La respuesta del Estado a esta conversión de las costas de Aysén en basurales de kilómetros de extensión, tanto en tierra como en el mar, fue apoteósica: a través de la CORFO y con recursos públicos (es decir, con NUESTROS recursos) se financiaron proyectos para recoger las basuras en lanchas de la pesca artesanal, con pescadores artesanales que se habían “capacitado” durante 4 años (!!) para reconvertirse a recolectores de basuras, picarlas y mandarlas a Santiago para aumentar el milagro de la “Economía Circular” [7].

 


 Y así, lo que correspondía a una infracción a la normativa pesquero-acuícola y ambiental, se transformó en un negocio que colabora con el combate al cambio climático, ya no financiado por los salmoneros y sus agencias de lobby, sino por el Estado, el “Estado Salmonero” de siempre, el que bauticé en 2007 en el Congreso Nacional, le guste o no le guste a la marca de ropa PATAGONIA…

 He sido testigo y actor privilegiado, entonces, de la pantomima reguladora y fiscalizadora de la Industria Salmonera y puedo afirmar que tal pantomima es parte de la Estafa 2.0 nacida en el primer Gobierno de la “Protectora de los Océanos” y mantenida hasta hoy.

 NUNCA ha sido realmente “fiscalizada” la Industria Salmonera por los servicios públicos que tenemos desde que apareció esta Maldición de Malinche en nuestros mares australes, desde donde se extraía el 70% de los productos del mar que abastecían el consumo de los chilenos.

 La reciente “aparición” del virus ISA en Natales, en el Estero de Poca Esperanza (o Ninguna Esperanza, a esta altura del partido) fue una “autodenuncia” de AQUACHILE. El escándalo de AUSTRALIS, comprada en mil millones de dólares, cuando en realidad valía “luca”, es otra autodenuncia… Y todo lo demás que aquí se ha relatado, tampoco fueron fiscalizaciones, sino reacciones de los servicios públicos ante denuncias hechas por entidades y personas ajenas al aparato estatal.

 El Estado, a través de estos servicios públicos, lo que ha hecho es ENCUBRIR a la Industria Salmonera, reducirle sus faltas, castigar lo menos posible sus infracciones, reconvenirla verbalmente por sus operaciones ilegales en sitios no concedidos, dificultar el acceso a la información de producciones, enfermedades, uso de pesticidas y medicamentos.

 Las sanciones son sólo tarjetas amarillas, NUNCA una “roja”, aunque la patada sea “en la medallita”…

 Los cacareados Programas de Vigilancia de Enfermedades de Peces, son “Pasivos”, es decir, los servicios públicos no mueven un solo dedo y “fiscalizan” según LO QUE DECLARAN LAS EMPRESAS. Lo mismo con el uso de antiparasitarios (pesticidas) y de antibióticos. Así de “pasivos”. Esa “vigilancia”, evidentemente, ES DE CARTÓN, pero es lo que hay…  Estamos en Chile…

 La Industria Salmonera, por los intereses políticos insertos en ella, desde el Partido Comunista Pos -Víctor Jara hasta la UDI, no es la industria más fiscalizada, sino LA MÁS PROTEGIDA por los servicios públicos, desde el Consejo de Defensa del Estado hasta la Fiscalía Local de Calbuco y pasando por la Subsecretaría para las Fuerzas Armadas (SS FFAA)  en la que hemos ingresado 200 solicitudes de caducidad de concesiones acuícolas salmoneras en las Regiones de Aysén y de Los Lagos. De ellas, la SS FFAA ha informado sólo 64 a la Armada de Chile, como nos lo señaló la DIRECTEMAR en un Oficio en el que nos pidió, además, el listado de las solicitudes desaparecidas en las oficinas de la SS FFAA.

 ¿Por qué? Porque la SS FFAA tiene claro que el principal “activo” de las salmoneras sigue siendo, como lo señalaran los banqueros en la crisis del Virus de 2007, la concesión acuícola que operan y por ello es la SS FFAA el servicio al que le corresponde mantener a la industria en posesión de tales “activos”.

 Al fin y al cabo, que la SS FFAA sea DE CARTÓN no debe extrañar a nadie, particularmente hoy, cuando está bajo el control de los mismos administradores de la desaparecida Universidad ARCIS.

 Así, lo aseverado por Odebret no es cierto respecto a que son la industria más fiscalizada: es la más ENCUBIERTA, porque se fiscaliza a sí misma (“autorregulación”) y es ella misma la que declara (o no) sus enfermedades, sus producciones, sus mortalidades, su uso de productos tóxicos para ambientes acuáticos…TODO. Y cuando no quiere declararlas, no lo hace…como ocurrió con NOVA AUSTRAL en el Parque De Agostini y como ocurre con los centros salmoneros en el Estuario del Reloncaví: todos con piojos durante la última década, pero sólo UNO ha declarado uso de pesticidas para combatirlos.

 Esperemos que Odebret retome la buena senda que llevaba, porque su trabajo era magnífico y ponía al descubierto lo que en realidad es hoy la pesca artesanal austral, lo que de verdad son los “pueblos ancestrales”, lo que de verdad son los Gobernadores Regionales electos y de qué tipo de cartón están hechos cada uno de los servicios públicos que deben “fiscalizar” a sus “representados”.

 En definitiva, el trabajo de Odebret nos permitía visualizar que la exitosa Industria Salmonera sigue dependiendo de un Estado DE CARTÓN y no de sus propios méritos. Y ese trabajo, por supuesto que sí, hay que protegerlo.

 Héctor Kol

Patagonia Chilena… Sin Represas…Sin Salmoneras

Abril de 2023.



[1]“Comunidades kawésqar  de Punta Arenas y salmoneros de Magallanes firman inédito convenio”: https://www.subpesca.cl/portal/617/w3-article-82182.html

[2] https://www.salmonexpert.cl/magallanes-pesca-artesanal-salmoducto/organizaciones-de-la-pesca-piden-apurar-concesion-maritima-para-salmoducto/1507183

[3] ASI NO: Ver en youtube en  https://www.youtube.com/watch?v=3TrkmcLto3c

[6] SMA- Aysén, Causa Rol A-008-2023, 3 de abril de 2023.

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