viernes, 22 de septiembre de 2017

SALMONICULTURA INTENSIVA EN ÁREAS MARINAS PROTEGIDAS DEL ESTADO: ¿UNA CONTRADICCIÓN VITAL?

SALMONICULTURA INTENSIVA EN ÁREAS MARINAS PROTEGIDAS DEL ESTADO: ¿UNA CONTRADICCIÓN VITAL?

Por Héctor Kol
Asesor Acuícola
Programa Marino CODEFF
Para IMPAC4- Chile 2017.


Nuestros antecesores han expuesto acerca de la importancia y viabilidad de aplicación del principio “Precautorio” para detener, corregir o denunciar proyectos de inversión con un impacto ambiental que puede ser irreversible o imposible de mitigar.

Por supuesto, en la institucionalidad chilena está presente el “Principio Precautorio” en la Ley de Bases del Medioambiente, así como otros “principios” universales propios del Modelo de Desarrollo Sustentable al que aspiran o dicen aspirar nuestros Estados.

Para CODEFF, nos resulta entonces inexplicable que en el Sur de Chile, en la Patagonia chilena, ocurran tantas desgracias y desastres ambientales protagonizados por la Industria Salmonera.

Si el Estado chileno ha adherido al Modelo de Desarrollo Sustentable, donde el “Principio Precautorio” es una de sus piedras angulares, ¿cómo es que tenemos centros de engorda de salmónidos obteniendo producciones en sitios donde las Capacidades de Carga son DESCONOCIDAS? ¿Cómo, entonces, el Estado permite que para el control de múltiples enfermedades virales, bacterianas y parasitarias que afectan a la Industria Salmonera que opera en Chile, se usen productos químicos en cuyas fichas técnicas o de seguridad, se señala, EXPLÍCITAMENTE, que son peligrosos para el ambiente acuático? ¿Por qué NO HAY limitaciones al uso de antibióticos en la salmonicultura chilena y sólo se regula la presencia de trazas de antimicrobianos en el producto final?

 A este, nuestro Estado chileno, ¿de verdad le preocupa la aparición de cepas bacterianas multi-resistentes a los antibióticos en los sedimentos marinos que reciben alimentos para salmones CON antibióticos, resistencias que pueden ser transferidas a bacterias causantes de enfermedades humanas?. Y si al Estado chileno de verdad le preocupa, ¿entonces por qué no aplica el “principio precautorio” y prohíbe la administración de medicamentos disueltos en los alimentos para salmones, que si no son digeridos, quedan disponibles también para las especies acuáticas silvestres, peces y filtradores, que también se consumen y sin test para detectar trazas de medicamentos?

Nuestra tesis es que no bastan sólo las leyes y reglamentos existentes y por crearse para la regulación y control de la Industria Salmonera. Lo principal es que exista un Estado y servicios estatales (servicios públicos) dispuestos a hacerlos cumplir para que no se intensifiquen los daños que relataremos a continuación.

En Chile, un centro de cultivo autorizado para producir intensivamente (es decir, con administración de alimentación artificial) 400 toneladas/año de salmónidos, puede obtener autorización para producir 5 mil toneladas/año de salmónidos sólo presentando un formulario, en el mismo espacio y en total ausencia de estudios de “capacidad de carga”  del sistema intervenido, es decir, en total desconocimiento acerca de las capacidades de absorber, degradar o al menos diluir y dispersar los cientos de toneladas de materia orgánica de desecho que se depositan en los sedimentos marinos bajo las balsas-jaulas. Y en total ausencia, por lo demás, de la aplicación del “principio precautorio” contenido en la institucionalidad ambiental chilena.



Es el caso que muestra la DIAPO 1, en un conjunto de concesiones acuícolas de la empresa salmonera VENTISQUEROS (de capitales alemanes) que se ubican en el Canal Cholgo, Comuna de Hualaihué, Región de Los Lagos, en la Patagonia chilena.





Cada una de estas concesiones tiene una superficie de 9 hectáreas y se distribuyen en un espacio de apenas 34 hectáreas, como muestra la DIAPO 2. En Chile, las concesiones acuícolas se otorgan en unidades de superficie aunque lo que se ocupa para la crianza de peces son VOLUMENES.

Hasta marzo de 2012, los centros de engorda que operaban estas concesiones acuícolas tenían autorizada una producción conjunta de 970,2 toneladas/año de salmónidos. A partir de esa fecha, sin estudios de capacidad de carga de por medio, sin aplicación del Principio Precautorio incluido en la institucionalidad chilena, estos centros de engorda están autorizados para producir, en conjunto, 15 MIL TONELADAS/AÑO DE SALMÓNIDOS, esto es, 15 veces más que lo originalmente autorizado… sin una sola evidencia de la capacidad de este espacio para soportar las descargas orgánicas y de residuos de productos químicos propias de tamaña producción.

Así, esta total displicencia y descuido del Estado chileno por salvaguardar la integridad ambiental de los sistemas acuáticos intervenidos por la Industria Salmonera, esta total ausencia de estudios de Capacidades de Carga y total indiferencia por la aplicación del Principio Precautorio contenido en una institucionalidad ambiental QUE NO FUNCIONA cuando de la salmonicultura se trata, ha generado que decenas de sitios de mar y lagos de la Patagonia presenten condiciones “anaeróbicas” en donde operan centros de producción intensiva de salmónidos.

La Ley General de Pesca y Acuicultura chilena señala a la “condición anaeróbica” como una condición en la que no es posible la vida acuática y ordena se reglamenten las medidas de protección  para que los establecimientos de acuicultura operen según las capacidades de carga de los sistemas acuáticos intervenidos:



“…Artículo 87.- Por uno o más decretos supremos expedidos por intermedio de los Ministerios de Economía, Fomento y Reconstrucción y del Medio Ambiente, previo informe técnico fundado de la Subsecretaría y previa consulta a la Comisión Nacional de Acuicultura y al Consejo Zonal de Pesca que corresponda, se deberán reglamentar las medidas de protección del medio ambiente para que los establecimientos que exploten concesiones o autorizaciones de acuicultura operen en niveles compatibles con las capacidades de carga de los cuerpos de agua lacustres, fluviales y marítimos, que asegure la vida acuática y la prevención del surgimiento de condiciones anaeróbicas en las áreas de impacto de la acuicultura…

Resulta OBVIO que para reglamentar la operación de instalaciones de acuicultura de acuerdo a las capacidades de carga de los sistemas acuáticos donde se ubican, es IMPRESCINDIBLE determinar cuál es esa “capacidad de carga”, es decir, es necesario realizar los estudios que sustenten los reglamentos y medidas que hasta hoy se basan únicamente en la prehistórica  ideología de la “infinitud de los recursos”.

Como lo hemos señalado, esos “estudios” NO EXISTEN para ninguno de los sistemas intervenidos por la Industria Salmonera en Chile y recientemente, el servicio público encargado de la regulación de la actividad acuícola en Chile, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA) nos ha señalado que no se sienten obligados a hacerlos:

          



Y los resultados de esta interpretación de la Ley de Pesca que hace la SUBPESCA se muestran en esta Diapositiva 4 para la Región de Los Lagos y su Mar Interior de Chiloé.
Decenas de centros de producción de salmónidos han generado en lagos, fiordos y canales de esta Región, que generaba el 70% de los productos del mar que consumían los chilenos, condiciones donde la vida acuática es imposible, es decir, condiciones “anaeróbicas” en el periodo 2010 a 2015, según la información que provee una oficina estatal, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, SERNAPESCA.

Entre estos sectores, el Fiordo Comau, cuyo valor biológico y ecosistémico se ha degradado de una manera acelerada, como lo reporta la Fundación Huinay también presente en este evento.


Mientras tanto, para mantener a los salmones con vida, las empresas salmoneras deben suministrarles oxígeno a través de estaciones de oxigenación como la que muestra la fotografía de la Diapo 5, correspondiente a un centro de engorda de la empresa Marine Harvest en el Estuario del Reloncaví, Región de Los Lagos. No hay suficiente oxígeno disuelto en la columna de agua en el Estuario del Reloncaví como para mantener con vida a los miles de peces cautivos de los centros de engorda de salmónidos.



Ciertamente, las salmoneras han creado condiciones ambientales donde la vida acuática es imposible gracias a reglamentos y medidas elaborados sólo en base a supuestos.

La Región de Aysén, donde CODEFF desarrolla su labor en defensa del Mar Patagónico, no ha escapado a la indiferencia del Estado por preservar su ambiente marino.

Desde inicios de los años ’90, la Industria Salmonera ocupó la Región de Aysén a lo largo y ancho de esta, sin restricciones, sin precaución alguna y sin estudios de capacidad de carga, hasta llegar a la situación que muestra esta Diapositiva, con una numerosa presencia de centros de engorda en la Reserva Nacional Las Güaitecas, área protegida del Estado.


Aunque en la Región de Aysén existe una Zonificación del Uso del Borde Costero culminada en el año 2005 y donde se establecieron amplios sectores de protección y preservación ambiental en el Mar de Aysén, nunca fue considerada para limitar la ocupación de estos sectores por la Industria Salmonera.

La “institucionalidad ambiental” chilena no contempla estos procesos de ordenamiento marítimo en sus procesos de evaluación del impacto ambiental de los proyectos salmoneros y la misma Política Nacional de Uso del Borde Costero es sólo eso: una declaración de buenas intenciones. Ni siquiera es una Ley…

Y los resultados de esta ocupación incluso de sitios seleccionados para fines de conservación, no podían ser distintos a los que ya mostramos en la Región de Los Lagos.




 En el periodo 2010 a 2015, decenas de centros de producción de salmónidos ubicados en esta Región han generado condiciones donde la vida acuática es imposible, incluso en áreas protegidas del Estado, es decir, en sectores bajo protección oficial, como lo es la Reserva Nacional Las Güaitecas, el Santuario de la Naturaleza Estero Quitralco y las aguas interiores del Parque Nacional Isla Magdalena.

También en sectores de interés para la creación de áreas marinas protegidas, como Rada Palena y Seno Melimoyu, han proliferado los puntos donde las salmoneras han colapsado el sistema marino.

La Región de Magallanes no escapa a esta situación de colapso ambiental y ya en el año 2014 REAL-Chile denunció la aparición de condiciones anaeróbicas en numerosos centros de engorda de salmónidos emplazados en el Estero de Poca Esperanza, al sur de la ciudad de Natales. Varios de ellos generaron el colapso ambiental tras su primera producción de salmónidos.

La generación masiva de condiciones “anaeróbicas” por las descargas derivadas del proceso de engorda de salmónidos se complementa con un número aún mayor de centros que están afectados por enfermedades de todo tipo, todas ellas obligando a la aplicación de antimicrobianos, pesticidas o desinfectantes para su control.

En los sitios de mar, la principal enfermedad en cuanto a las mortalidades que provoca (un 30% de la producción anual) es el Síndrome Rickettsial del Salmón (SRS) de origen bacteriano y que induce a la aplicación de antibióticos a tasas que con justa razón se considera irracional.



La DIAPO 9 muestra el consumo de antibióticos (gramos de principio activo por tonelada de salmón producida) que Marine Harvest declara, en su Reporte Anual 2015, para sus distintas unidades de producción en el mundo para el periodo 2010 a 2015. Como se aprecia, Chile es la unidad con un consumo absolutamente ajeno al resto de las unidades que Marine Harvest mantiene en el mundo.



Pero la misma empresa ha declarado consumos de antibióticos aún superiores en sus unidades en Chile, en años de grandes crisis sanitarias.





Esta Diapo corresponde al Reporte de Sustentabilidad 2008 de esta empresa, donde se señala que mientras la unidad noruega consumió 0,02 gramos de antibióticos (principio activo) por cada tonelada de salmón producida en Noruega el año 2007, el mismo año la unidad chilena consumió 732 gramos por tonelada de salmón, es decir 36 MIL VECES MÁS…para igual producto…en la misma empresa.

La Industria Salmonera que opera en Chile se defiende de las acusaciones de irracionalidad en su consumo de antibióticos alegando que en Noruega no existe el SRS, cuyo combate concentra el 90% del consumo de antimicrobianos… Pero lo que no señala la Industria es que el SRS llegó con ella… Es decir, que no había SRS en Chile porque, precisamente, no había salmoneras…

Y este consumo irracional de medicamentos se extiende a lo largo y ancho del Mar de la Patagonia chilena y en especial en Aysén, donde se obtiene la mayor parte de la producción chilena de salmón.



La Diapositiva muestra los centros afectados por SRS en el mar de Aysén al año 2010, donde 52 centros de engorda declararon la presencia de SRS en sus cultivos. Al año 2013, el número de centros de cultivo ubicados en Aysén y afectados por SRS, se había CUADRUPLICADO, como muestra la Diapo 10. Finalmente, en el año 2015, la cantidad de centros de engorda de salmónidos con presencia de SRS alcanzaba a 221, más de 100 de ellos en la Reserva Nacional Las Güaitecas y cerca de 40 en las aguas interiores y canales adyacentes del Parque Nacional Isla Magdalena.









El SRS es sólo una de las enfermedades que induce al uso de productos químicos dañinos o peligrosos para el ambiente acuático en la Industria Salmonera que opera en Chile.

La infestación por el piojo de mar (“sea lice”) Caligus rogercresseyi parece incontrolable para la Industria y volúmenes no determinados, ni controlados de pesticidas como CIPERMETRINA y DELTAMETRINA se usan para su control.

La infestación por Caligus sp se conoce como “Caligidosis” y la DIAPO 14 muestra la distribución de los 233 centros de engorda de salmónidos que declararon infestación en la Región de Aysén en el año 2014. Como se aprecia en esta DIAPO, la mitad de estos centros infestados se ubicada dentro de la Reserva Nacional Las Güaitecas.




La DIAPO 15 muestra los 148 centros de engorda que en el año 2014 declararon uso de los pesticidas CIPERMETRINA y/o DELTAMETRINA en el control de Caligidosis al 2014. La mayor parte de los centros donde se aplicaron estos productos se encuentran en la Reserva Nacional Las Güaitecas.



La aplicación de pesticidas se realiza mayoritariamente por “baños”, es decir, mediante la inmersión de los peces en bateas con una solución de pesticidas. La cantidad de baños, la concentración del producto y el destino de las aguas residuales de estos tratamientos es una información no disponible para el conocimiento público, pero una noticia aparecida en la revista AQUA respecto a un nuevo producto del Laboratorio Bayer, que tiene como principio activo el pesticida AZAMETIFOS:

“…Desde Bayer destacaron que de los 701 tratamientos con azametifos realizados en Chile entre marzo de 2013 y 2014 para 252 centros de cultivo, el 70,6% ha tenido entre uno y tres baños; el 23,6% entre cuatro y seis baños; el 4,4% entre siete a nueve baños, y el 1,2% entre diez a más baños…”
(Revista AQUA, 14 de abril de 2014)
En consecuencia, cada centro de engorda de salmónidos ubicado en el Mar de la Patagonia, no es sino un foco infeccioso activo o posible, que no solo demuestra la inviabilidad e insustentabilidad ambiental de esta Industria y la permisividad del Estado para tolerar aún su existencia, sino que también  pone en duda la viabilidad de proyectos de creación de áreas marinas protegidas manteniendo en su espacio de interés estos focos infecciosos.
  
Centros de Engorda operando fuera de concesiones otorgadas. Caso Estero Quitralco

El trabajo de monitoreo de esta actividad productiva que realiza CODEFF en la Región de Aysén, principalmente, aborda también las infracciones reiteradas de esta Industria a una reglamentación y regulación cuyas deficiencias y debilidades hemos expuesto, infracciones que también se cometen en áreas protegidas de Estado y que hemos denunciado recientemente para el caso del Estero Quitralco, donde, entre otras cosas, los centros de engorda han operado por años fuera de las concesiones acuícolas otorgadas aun cuando la Ley General de Pesca y Acuicultura señala, explícitamente, que las operaciones de acuicultura sólo pueden realizarse dentro de las concesiones acuícolas (superficies de mar y de fondo) otorgadas.

El 7 de noviembre de 1996, bajo el Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, el Ministerio de Educación promulgó el Decreto Exento Nº 600 que declaró al Estero Quitralco (Comuna de Aysén, Región de Aysén) como “Santuario de la Naturaleza”, en razón de una especial preocupación del gobierno de la época por la “mantención y el resguardo de las especiales características ambientales” de este fiordo y que se describen en el Decreto citado[1]:

“…En dicho estero existe una serie de especies de fauna y avifauna, tales como la garza cuca, el gato huillín, el pato lile, el pato vapor y ocasionalmente toninas y cetáceos, para quienes es vital la conservación de su ecosistema…”

La Diapo 16 muestra una imagen satelital que demuestra que dos centros de engorda de salmónidos que operan concesiones acuícolas otorgadas a la empresa ACUINOVA (hoy, operadas por Marine Harvest) excedieron con sus estructuras de cultivo (“cages” o balsas-jaulas) los límites de la concesión acuícola correspondiente, representadas por polígonos rojos. Como se muestra en el recuadro de esta Diapositiva, es físicamente imposible que las estructuras de cultivo dispuestas por la empresa ACUINOVA RNA 110108 quepan dentro del espacio concedido.


La Diapo 17 corresponde a una captura de pantalla del mapa oficial de concesiones acuícolas (“Visualizador de Mapas”) que publica la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA). Como muestra la imagen, obra en poder de este servicio estatal la información visual que da cuenta de estas operaciones ilegales del centro de cultivo RNA 110108, donde probablemente se obtenga más producción de la autorizada dada la cantidad de balsas-jaulas “extras” que ocupa.



La Diapo 18 muestra dos centros de engorda de salmónidos, ubicados también dentro del Santuario de la Naturaleza que ubicaron sus estructuras de cultivo a más de 300 metros FUERA de las concesiones acuícolas otorgadas.



La Diapo 19 que observan también corresponde a una captura de pantalla de la información oficial sobre concesiones acuícolas que obra en poder de SUBPESCA. Como pueden apreciar, este servicio estatal tiene una información que le señala que en este centro de engorda, ubicado en un Santuario de la Naturaleza, estructuras de cultivo operan FUERA de la concesión otorgada, en una abierta infracción a la legalidad vigente.



CODEFF ha denunciado al menos 50 centros de engorda que operan fuera de sus concesiones en áreas protegidas del Estado, como Estero Quitralco, la Reserva Nacional Las Güaitecas y en los canales adyacentes al Parque Nacional Isla Magdalena.

Pero también lo ha hecho en sitios que entendemos, son de interés para el establecimiento de áreas marinas protegidas del Estado, como es el Caso de Rada Palena- Bahía Añihué.

En Bahía Añihué, en el límite norte continental de la Región de Aysén, la empresa AQUACHILE tiene tres concesiones acuícolas operadas por los centros de engorda de salmónidos RNA 110402, 110407 y 110412. Todas ellos han operado FUERA de sus concesiones acuícolas, obteniendo producciones que debieron ser incautadas por los servicios fiscalizadores de la actividad acuícola.

La DIAPO 20 muestra como AQUACHILE ubicó la totalidad de sus estructuras de cultivo fuera de la concesión acuícola otorgada a más de 140 metros al sur de esta. La DIAPO 21 muestra el centro de engorda RNA 110407 operando, también, completamente fuera de la concesión otorgada.









Finalmente, la Diapo 22 muestra que AQUACHILE RNA 110412 cumple con la las disposiciones de la Ley de Pesca sólo… en la medida de lo posible…





Todos estos casos han sido denunciados por CODEFF a los organismos estatales correspondientes, sin respuesta hasta hoy. Pero además de la responsabilidad del Estado en este encubrimiento a operaciones salmoneras ilegales en sitios o sectores que están bajo su protección, también está la irresponsabilidad de Fundaciones y organizaciones  medioambientales que se prestan para que estas operaciones ilegales se realicen, si tienen éxito en sus propuestas, en sitios protegidos, como Áreas Marinas Protegidas similares a la que se pretende instalar en este sector de la Región de Aysén donde operan al menos tres centros de engorda ILEGALES.

Estas infracciones reiteradas, así como las distintas enfermedades que afectan a la Industria Salmonera que opera en Chile, son una señal que pone en duda la viabilidad de proyectos de creación de áreas marinas protegidas que mantendrían a estas instalaciones dentro del espacio marino a proteger.

Si la Industria Salmonera ya se comporta al margen de las leyes y reglamentos incluso en sectores ya considerados como áreas protegidas del Estado, ¿qué les impediría seguir infraccionando las normas ante la imposibilidad de los propios servicios estatales fiscalizadores de realizar inspecciones sorpresivas o sin aviso previo, ante la carencia de embarcaciones para navegar o ante la misma tolerancia de estos servicios para permitir  sobre- producciones de salmónidos u operaciones ilegales, fuera de las concesiones otorgadas?

¿Existe una fórmula para evitar que eso suceda dentro de estos sectores ya protegidos y aquellos, como la Bahía Añihué, que se quiere proteger? ¿De qué manera se quiere solucionar el estado permanente de crisis sanitaria que afecta a la Industria salmonera y que aquí hemos mostrado?

¿Se puede asegurar que en los sectores marinos que se busca proteger, ya no habrá infestación por Cáligus, ni infecciones por SRS, ni uso de antibióticos, pesticidas y desinfectantes tóxicos o peligrosos para el ambiente acuático?

Hemos venido a exponer una mínima parte de los antecedentes e investigaciones que hemos realizado y de las denuncias que hemos formulado ante el mismo Estado y sus servicios que fundamentan las interrogantes planteadas.

Esperamos que estos antecedentes sean considerados a la hora de que organizaciones con las que compartimos el mismo interés de protección del medio acuático marino, decidan mantener o no, dentro de los sectores que promueven como áreas marinas protegidas, las operaciones de una Industria Salmonera que no tiene por objetivo la protección del mar, ni puede controlar sus distintas epidemias,  como creemos haber demostrado.

Dejamos, finalmente, para la discusión y el debate una eventual resolución a esta contradicción que nos parece evidente entre Salmonicultura Intensiva y protección del medioambiente marino.

Muchas Gracias.


Héctor Kol
Programa Marino CODEFF
Para IMPAC4
La Serena, Chile, Septiembre de 2017



[1] Disponible en https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=21540